LA PANGA

MAYAHUEL HURTADO | Opinión | 05/09/2017

LA GENERALA PREPARA SUS TROPAS

Si algún personaje de la política se pudiera se caracterizar por estar constantemente trabajando para sumar simpatías y de alguna manera si se pudiera decir, utilizar las acciones de gobierno para fortalecer sus brazos de poder, es sin duda alguna, la alcaldesa de Manzanillo Gabriela Benavides Cobos.

Para nadie es un secreto que aquélla joven egresada de la Facultad de Derecho de la Universidad de Colima, comenzara a trabajar en la Procuraduría General de Justicia del Estado, ahí si buen trabajo, y las amistades la llevaron a conocer personajes que la catapultaron para integrarse a la política en donde el papel de la mujer comenzaba a tener auge.

Dicen que quien la descubrió fue José Antonio Alvarez Macías, quien como diputado local se llevó a Benavides a ser parte de su equipo jurídico. Incluso, en el Congreso del Estado, algunas personas que convivieron con ella, como el magistrado Miguel García de la Mora, la recuerdan como una joven brillante en el área jurídica. El mismo concepto llegó a expresar el ex gobernador Silverio Cavazos quien convivió con ella en los tiempos en que fue coordinador de la bancada del PRI en la Cámara de diputados.

Posteriormente en la elección del año 2006, cuando Virgilio Mendoza Amezcua fue designado candidato del PAN a la presidencia municipal de Manzanillo, al verse solo, tras el abandono que hicieron del barco panista todos los seguidores del entonces diputado local Francisco Santana Ochoa, Mendoza tomó la decisión de poner su campaña política en las manos de Gabriela Benavides, a quien desde ese tiempo, las huestes del PAN le pusieron el apodo de “La Generala”, en reconocimiento a su talento para mover las estructuras y las tropas de militantes panistas, que le dieron de manera contundente el triunfo a Mendoza Amezcua sobre el candidato del PRI, Alejandro Meillón Galindo.

Recuerdo que conocí a Gabriela Benavides a principios del año 2008 cuando solicité una constancia de residencia en la Secretaría del Ayuntamiento que requería para un trámite personal. Después de ahí ella me atendió y platicándole algunos problemas de la colonia en la que vivía y exponiéndole los casos de algunas mujeres violentadas, ella de inmediato se puso a las órdenes para poder ayudarlas en el área jurídica para temas como pensión alimenticia y violencia intra familiar.

Posteriormente buscó ser la candidata del PAN a la presidencia municipal en el año 2009 y acabó siendo regidora de minoría, pues el partido perdió la elección llevando como aspirante a la alcaldía a Gabriela Sevillla Blanco, Benavides pues, terminó siendo parte del Cabildo y desde ahí, con sus recursos, sostuvo la figura política de Virgilio Mendoza, quien hay que decirlo, quedó completamente en la ruina económica después de perder la elección para diputado federal ante el armeritense Carlos Cruz Mendoza, ex secretario de Educación y actual delegado de la Secretaría de Desarrollo Social.

Si algo recuerdo de Gabriela Benavides es su inquietud por ir un paso adelante para atender las necesidades del ciudadano. De hecho, muchas de las veces me tocó ver a una Gabriela enojada por no poder solucionar algo que estaba fuera de su alcance pero siempre, con la tenacidad de buscar alguna alternativa para solucionar el conflicto o atender la necesidad. El PAN explotó muy bien sus habilidades jurídicas mismas que permitieron sumar simpatías, pues Benavides parecía el abogado del pueblo, atendiendo asuntos siempre que el partido le derivaba de personas que no tenían recursos para pagar un representante jurídico. Posteriormente su llegada al Congreso fue la cereza del pastel que ella necesitaba para conectar aún más con la gente. La recuerdo siempre trabajando con un equipo de personas sencillas que al igual que ella andaban en todos los barrios y colonias tratando de llevar apoyos o de escuchar peticiones ciudadanas.

Recuerdo una de tantas charlas que tuvimos en un conocido restaurante del boulevard costero, ahí le comenté que llegaría muy lejos, incluso, en algún momento de mi vida, por mis ideologías políticas, no estuve de acuerdo en sumarme a su proyecto, sin embargo, no puedo dejar de reconocer que el pueblo no se equivocó al elegirla como presidenta municipal de Manzanillo y para muestra cabe mencionar el apoyo incondicional que he recibido de la presidenta para atender las necesidades que nos hermanan desde la oficina que dirijo.

Algo que me impresionó el día de ayer es que duplicó el número de becas de excelencia que se entregan a niños y jóvenes de Manzanillo, también el cómo creció la cobertura del programa de uniformes escolares que gracias al apoyo del Cabildo en votos unánimes de sus integrantes, se logró consolidar.

La Generala está creciendo en términos de popularidad y aceptación ciudadana y de simpatías políticas no solamente con agentes de Colima, sino con figuras del PAN como lo es Rafael Moreno Valle, incansable promotor del Frente Amplio y algo muy importante, en todos y cada uno de sus eventos no ha dejado de reconocer el apoyo del gobernador Ignacio Peralta Sánchez, lo que la hacen ver como una mujer agradecida. Si en el PAN no la quieren, en otros lados, enfrente, la recibirán con los brazos abiertos.