LA PANGA

MAYAHUEL HURTADO | Opinión | 15/06/2017

NO SE VALORA LA CULTURA

Uno de los temas en los que más se debe trabajar no sólo desde las aulas, no sólo desde las dependencias de los diferentes de gobierno, sino también desde la casa, es la valoración de los elementos culturales que conforman la sociedad colimense y por consiguiente construyen el bagaje cultural de Manzanillo.

Y se preguntará usted que significa la palabra Bagaje, es una derivación francesa que tiene una connotación, “conjunto de saberes, costumbres, experiencias,, conocimientos, gastronomía, música, folclor, manifestaciones orales y artísticas que forman la identidad de una sociedad. Pero a ese elemento hay que sumarle la idiosincrasia que es referente al modo de ser de una persona que la hace diferente a los demás, estas características pueden ser hereditarias o adquiridas y llegan a definir el temperamento y el carácter de una persona o de un círculo social.

Nos hemos olvidado de que los abuelos se sienten y platiquen todo el mosaico cultural de lo que fue el Colima de antaño y el Manzanillo dorado, se les ha omitido a las nuevas generaciones aquéllos relatos como las leyendas, que eran parte fundamental de las reuniones familiares. Se ha ido desgastando poco a poco el respeto hacia los monumentos, edificios, esculturas, e incluso, hacia las bardas de las instituciones, dependencias y casas habitación. Podemos apreciar en algunos lugares esculturas rodeadas de basura y con rayones de grafiti que aparte de desarmonizar una pieza de arte se ha convertido en una plaga visual que pretende al parecer, rayar sin sentido cualquier espacio o lugar que guarda un color neutro.

Ya se terminó la época en que los padres se asombraban de los dibujos de sus hijos de preescolar, también dejaron de admirar las maquetas y las esculturas hechas por los niños con bases de plastilina, se le limitó al joven su capacidad para apreciar el dibujo, la música y otras manifestaciones y esto sucedió porque los padres, principalmente, dejaron de asombrarse y de apreciar los elementos culturales que rodean nuestra vida.

En las reuniones familiares cambiaron la charla por las redes sociales, suprimieron el paseo dominical por un reality show, una cadena de televisión de paga o una opción en el menú que te pone las series que a ti te gustan. Los proyectos de museos ya no son atractivos porque no habrá quien los visite, y para prueba las exposiciones de cultura e historia que se han montado en diversos puntos del puerto de Manzanillo, las cuales tienen un elemento en común, pocos visitantes, pues pareciera que causa más pereza el salir a conocer y visualizar nuestros orígenes que dejar la zona de confort de la computadora, el televisor o el teléfono celular en la comodidad del hogar.

Voy a citar el ejemplo de las esculturas de los Signos del Zodiaco mismas que han atravesado por varias historias en las que se deja al descubierto la falta de valoración de los elementos artísticos. Comenzaré diciendo que estas obras no fueron hechas a ocurrencia, son una herencia cultural que el escultor Sebastián regaló al pueblo de Manzanillo, aparte son símbolos enigmáticos que miles de personas consultan `para ver qué les depara el destino durante el día. Y vimos que fueron utilizadas de recargadera de anuncios publicitarios, invadidas de rayones de grafiti, también por qué en el carnaval o en los eventos en algunas vialidades en donde se encuentran fueron el sitio perfecto para tomar fotografías y también, hay que decirlo, por la altura, eran el palco perfecto `para disfrutar de un evento. Se convirtieron en el sillón de los enamorados y en los casos más extremos, en el mingitorio de los borrachos.

Pero ninguno de estos casos sirvió para que la gente las rodeara y admirara sus formas, sus colores e interpretara el mensaje que el autor plasmó en cada una de ellas. Creo que falta mucho conocimiento de los elementos culturales básicos que son enseñados en la escuela pero no son reforzados en la casa. Existen en Manzanillo decenas de talleres para niños, adolescentes, jóvenes y adultos que representan una oportunidad para estar más cercano a las manifestaciones artísticas para entenderlas, y por mucho, para cuidarlas.

En el Instituto Universitario de Bellas Artes de Manzanillo, y en la Casa de la cultura, enseñan arte a gente de todas las edades, pero no nada más ahí, en la escuela se enseña el arte y se practica a lo largo del ciclo escolar en diferentes actividades y presentaciones en los festivales. El mantener vivas nuestras tradiciones culturales es la diferencia entre una sociedad con identidad y una sociedad desechable, pues como decía mi abuela “si el árbol no tiene raíces es una especie rara pero árbol no es”.

LOS REMOS DE LA PANGA

REMAZO:  Vaya exhibida le dio la diputada local Martha Leticia Sosa Govea a los integrantes del Congreso local y cito textualmente lo que trascendió en prestigiado medio electrónico: “Veo algunas observaciones de redacción, de puntualización, de precisión, pero pues finalmente no quieren entender entonces así que se queden (…)  si alguien lo lee, van a juzgar que nadie de la legislatura tuvo el cuidado de atender redacción, estilo y puntualización, aspectos de gramática, sintaxis, que parece que ahora ya están fuera de moda”. En pocas palabras se les dejó ir a la yugular, pero el tema tiene dos explicaciones, o le faltan cursos a los tribunos para mejorar sus conocimientos en gramática y lingüística; o la diputada ha ocupado en diversas ocasiones cargos públicos en los que ya se hizo experta en el tema. Sería buena idea que ya que lo mencionó, ella se ofrezca a capacitar a sus compañeros en la tribuna , pues recuerden que todos representan al pueblo.