PUPITRE AL FONDO

BLANCA F. GÓNGORA | Opinión | 27/04/2017

LA TAREA: SUPLICIO FAMILIAR

¿Cuántos de nosotros somos víctima de la tarea? ¿Cuántos de nosotros realmente disfrutamos el hacer tarea? ¿Será realmente necesaria? ¿Se están cumpliendo efectivamente sus objetivos? ¿Estamos como docentes simulando estrategias con la tarea  o aprovechándonos de ella para lograr “cubrir” el exceso de contenidos curriculares?

Son muchas las cuestiones que se derivan cuando reflexionamos sobre este tema, pero independientemente de sus teóricos beneficios, como padres de familia podemos darnos cuenta de que la tarea se vuelve una carga insufrible en la  familia, y peor aun cuando al docente se le ocurre “dejar tarea” para el fin de semana o para que se haga durante las vacaciones, esto último es realmente el reflejo directo de la poca sensibilidad y organización docente.

Maestros, colegas, hagamos un alto a las tareas, no temamos, planifiquemos bien nuestras clases, no escatimemos en creatividad, aprovechemos el tiempo de la jornada escolar y si creemos que la tarea es realmente ineludible pues entonces demos la oportunidad a nuestros alumnos de que la hagan en la escuela, con nuestra guía y ayuda, que para eso estamos sus profesores o si ya de plano tienen que llevarla a casa, entonces que sea moderada, “dosificada”, planeada de forma consciente.

Y así,  cuando el niño escuche el timbre de salida no sienta, al ir a su casa, sino libertad. Libertad para jugar, para ver tele, para descansar, para colaborar en casa, para leer por el gusto de hacerlo, para bañarse o no bañarse, qué importa.

Los niños (incluidos los alumnos de secundaria aunque ya no sean del todo niños) no deben tener saturados sus horarios con  actividades extraescolares (ni los papás tampoco), se supone que mucho hicieron ya durante las seis o más de seis horas que estuvieron en la escuela.

Conozco los beneficios (teóricos) de la tarea, pero también conozco nuestros contextos sociales, económicos y familiares, lo que hace que en nuestra realidad, la tarea más que benéfica esté resultando un fraude, un conflicto familiar y un estresor constante en nuestros niños. Repensémoslo.

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