POLÍTICA AL DESNUDO

NONANTZIN MEDINA DE LA HELGUERA | Opinión | 07/11/2014

Lamentable situación se dio a conocer de manera oficial – porque la información se conocía desde hace varios días - sobre el destino de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, muchos mexicanos se han volcado en las redes sociales a reclamar al gobierno, a sus políticos, la situación que impera en nuestro México.

Algunos dicen que lo suscitado el pasado 26 de septiembre, fecha en que desaparecieron los estudiantes guerrerenses en Iguala, han despertado a la sociedad mexicana, en lo que en verdad acontece en nuestro país.

Por desgracia dudo mucho que esto sea verdad, muchos políticos y mucha ciudadanía, han hablado del caso “de dientes para afuera”, señalando que era necesario que estos jóvenes estudiantes fueran encontrados con vida, pero la realidad es que la mayoría de los mexicanos continúa su vida diaria tal y como lo hacen todo el tiempo, cayendo en su propia monotonía laboral y familiar y teniendo las mismas costumbres de siempre.

Muchos mexicanos claman justicia por estos 43 estudiantes, por todos aquellos que han perecido en esta “guerra contra y del narco” en México, pero, realmente nos hemos puesto a pensar ¿qué hacemos porque México cambie?

Nada señores, nada hacemos, en las redes sociales nos “desgarramos las vestiduras” contra el mal gobierno, contra sus prácticas y posibles conexiones con grupos delictivos, hablamos pestes de la corrupción que hay, pero al final del camino, de eso no pasa.

Las marchas sirven, si, las manifestaciones, también; los paros estudiantiles, de alguna manera; los eventos culturales y artísticos de protesta, puede que también; pero realmente no sirven para despertar a la sociedad en general.

Porque al final del camino, repito, seguimos con las mismas prácticas de siempre, seguimos votando por los mismos políticos, una y otra vez; sea del partido que sea, por más que nos digan todos los políticos que ahora si viene un “cambio verdadero” la situación que después se vive es la misma de todos los años.

Las prácticas de corrupción se dan en todos los niveles de la sociedad, hasta para que te cambien a tu hijo de escuela, se piden “favores”; como mexicanos hemos dejado que el político se crezca, en arrogancia y popularidad, porque no exigimos como se debe, porque da miedo quedarse sin los beneficios que se tienen, porque aunque nos demos cuenta de lo que realmente sucede callamos para no “entrar en conflicto” para no tener problemas o simplemente porque “se vive tranquilo”.

La muerte de estos 43 jóvenes y de miles y miles de personas en los últimos años en México, deben despertar el verdadero sentir del mexicano, decir Ya Basta a tanta corrupción, tanta inseguridad, falta de empleo, de capacidad económica de las familias, pero eso no solo se logra hablando, se requiere un verdadera unión de todos los mexicanos, exigir con bases, no con vandalismo, no con violencia, se requiere un cambio primero en cada uno de nosotros, en donde hasta dentro de nuestro núcleo familiar no se permitan prácticas irresponsables, en la educación que como padres damos a nuestros hijos, el ejemplo que les ponemos.

Dejemos de echarle la culpa a los políticos – que en gran medida el cómo son es nuestra propia culpa – y empecemos a despertar conciencias, en dejar a un lado nuestra comodidad a través de un teléfono celular, computadora, tableta o cualquier instrumento que permita comunicarnos a través de redes sociales.

Creamos en nosotros como mexicanos, en que haya una verdadera unidad y fortaleza de la sociedad, en nuestras familias, en nuestra ideología, porque muchas veces criticamos a los políticos que brincan de un partido a otro, sin darnos cuenta que nosotros hacemos lo mismo con nuestra forma de ser y de actuar, la única diferencia es que ellos lo hacen de manera pública y nosotros de manera privada.

Olvidemos a los políticos, no hay Mesías en la política, no hay bienhechores que vendrán a salvar a México, si los mexicanos como sociedad no nos salvamos nadie lo hará.

Así que mexicano, no solo clames por estos 43 estudiantes, por los miles de mexicanos que han perdido la vida o por los que aún se encuentran desaparecidos, clama por tu propia libertad de pensar, ser y actuar, y con ello podría empezar la verdadera revolución que México requiere para ser una verdadera nación.