COLIMA LEGAL

SAÚL DÍAZ AGUIRRE | Opinión | 26/05/2014

El último recurso de protesta ante lo indeseable, ante la injusticia, ante la intolerancia y ante la falta de opciones que garanticen la solución de un conflicto es precisamente el recurso de la huelga de hambre que solo es justificable cuando su origen proviene de lesiones severas a la dignidad, cuando se lastiman en lo más profundo el interés de la colectividad, pero sobre todo, cuando el movimiento de protesta se encuentra al margen de banderas políticas sea cual sea su color, sea cual sea su ideología. El movimiento de huelga iniciado por el ex líder del SUTUC dio inicio con buenos conceptos y con legitimas posturas que parecían ser una buena opción creíble ante los ojos de la sociedad colimense, pero sobre todo para la comunidad universitaria, sin embargo la presencia de dirigentes de partidos políticos y la intervención de grupos ajenos al origen de dicho movimiento, hizo que cayera de la gracia de quien, en su momento, creyeron en la forma y fondo del movimiento y se deslegitimara en todos sus términos para empezar a cambiar de color, y convertirse , de un movimiento social, a un movimiento con tintes políticos de otra índole, por lo menos, a los ojos de muchos y a los oídos de otros .

Triste mas, cuando en un encuentro de representantes de la rectoría de nuestra máxima casa de estudios, los huelguistas, alejados de la propuesta seria y con ello, desvaneciendo sus maestrías y doctorados de los que se han hecho alarde, evidenciaron aquella frase que mi maestro de derecho penal Lic., Guillermo Rúelas Ocampo, nos decía cuando alguno de sus alumnos, entre ellos a quien me incluyo, no nos entraba ni con calzador los conocimientos que nos impartía y a sazón de ello manifestaba: “LA UNIVERSIDAD NO DA, LO QUE LA NATURALEZA NIEGA” (sic), puesto que sus injurias, palabrotas, léxico poco común en personas que se ostenten tener títulos profesionales de alto nivel, han dejado mucho que desear, puesto que la sociedad colimense siempre se ha opuesto a este tipo de manifestaciones propias de la vulgaridad y que evidencian que atrás de dicho movimiento existe obscuridad y perversión, pues quien se hace sabedor de la razón no recurre a estos improperios que denigran a la universidad de donde egresaron y a donde pertenecen.

Por otro lado, y como consecuencia de los anteriores razonamientos, salta a la luz pública videograbaciones que evidencian el juego siniestro de la farsa, el engaño, la mentira, en donde el exlíder del SUTUC se desplaza del lugar de la huelga de hambre a su domicilio, lugar donde permanece por espacio de dos horas aproximadas, así como del lugar de la huelga a diversos restaurantes donde se aprecia claramente consume alimentos de manera descarada ante los ojos de todos, e inclusive y por dicho de un paramédico de la Cruz Roja algunos de los participantes de la huelga se ausentan de su lugar, lo que ha hecho imposible la revisión médica de manera periódica a efecto de constatar su estado de salud, así mismo la apariencia física, su desenvolvimiento diario de protesta han puesto en tela de duda la legitimidad de su movimiento social, poniendo entre dicho sus verdaderas intenciones, ya que no se aprecia cambio alguno en su apariencia física, lo que sería normal, en cualquier huelga de hambre por el trascurso del tiempo.

Las declaraciones desafortunadas del exlíder del SUTUC, en donde condiciona su reinstalación a cambio de levantar la supuesta huelga iniciada, es una clara manifestación que lo que busca no es el beneficio de los universitarios, sino mas bien el beneficio personal , puesto que debió circunscribirse a solicitar y exigir una explicación convincente de los recursos del FONSAT, exigir con ello una auditoria a la Máxima Casa de Estudios de Colima, lo que hubiera logrado mayores simpatías en la sociedad colimense, puesto que, en el caso que nos ocupa, cualquier solicitud personalísima alejaría los focos de atención de quienes verdaderamente aspiramos a una mejor universidad y comunidad universitaria. La libertad de expresión, como lo es una huelga de hambre, son manifestaciones validas y operantes cuando su esencia lo constituye la nobleza de sus ideales y los fines impersonales de quienes la inician, el mejor cause son los caminos de la legalidad, del derecho, de la razón jurídica pues serán los tribunales correspondientes los que al fin de cuentas darán la razón a quien legalmente la tenga, no la injuria, no el engaño, no la perversidad, manifestaciones que distan del origen universitario de quienes las profieran.

Hago votos por que las partes en conflicto rectifiquen el camino de la ley, es la mejor opción, que si bien no atrae reflectores que muchas de las veces dañan mas allá de lo deseable, también es cierto, que quien se jacte de ser un soldado de ESTUDIA-LUCHA-TRABAJA, deberá de comprender que los medios utilizados son erróneos, pero más erróneo es el insistir en ese camino.