FECHAS FATALES. En política no existen los plazos fatales, pues si bien a cada santo se le llega su función, no necesariamente tiene que ser un día exacto. La misma Semana Santa, a la que se acogen por igual creyentes y ateos, suele variar cada año, de tal forma que puede caer a principios de marzo, a mediados de marzo, a fines de marzo, a principios de abril, a mediados de abril o a fines de abril.
No es que sea lo mismo política y religión –aunque muchas veces confunden las prácticas los oficiantes—, pero lo que quiero dar a entender es que la flexibilidad siempre es muy importante. La rigidez de una fecha en política debe transformarse en voluble, máxime si se trata de fijar un plazo para que un partido dé a conocer a su candidato a gobernador del estado.
El mismo presidente del CDE del PRI, Francisco El tamacuas Ánzar Herrera, fijó de manera ambigua los meses de enero o febrero del 2015 para dar a conocer a su abanderado a la gubernatura del estado, posición que estará en disputa en los comicios del primer domingo de julio de ese año, lo que refuerza mi teoría de que, en política, no hay plazos fatales.
Sin embargo, El tamacuas Ánzar Herrera peca de ingenuo: lo más seguro es que el nombre del candidato del PRI se conozca mucho más pronto de lo que él tiene pensado: entre noviembre o diciembre de este 2014. Todo podría depender de lo álgido que se ponga el proceso que precede a la nominación oficial del personaje que irá en busca del cargo que actualmente tiene Mario Anguiano Moreno, donde hay varios que están más que apuntados.
Así, aunque el dirigente estatal priísta haga sus cuentas alegres que llegan hasta enero o febrero del 2015, las circunstancias políticas podrían obligar a lanzar al abanderado del PRI a la gubernatura del estado antes de que concluya el presente año. Este escenario podría darse si, como se vislumbra a siete meses de distancia, la lucha por la nominación se vuelve encarnizada entre los varios precandidatos priístas.
A menos que desde Los Pinos se meta en orden a los acelerados para que la fiesta se lleve en paz en Colima (pienso, por ejemplo, en un pacto de caballeros), hay muchas posibilidades de que los ánimos se caldeen más de la cuenta, lo que podría obligar a la jerarquía tricolor a adelantar el destape, a fin de evitar daños mayores que pondrían en peligro la posición. Santo y bueno, siempre y cuando el favorecido sea el que garantice la victoria en las urnas, pues una imposición centralista se antoja impensable.
Y a propósito de acelerados, se ha sabido que los simpatizantes del yuppie José Ignacio Nachito Peralta Sánchez, flamante sub secretario de Telecomunicaciones de la SCT, ya tienen preparada una encuesta a modo en la que la supuesta popularidad de su candidato se encuentra hasta la estratósfera, cuando la realidad es diferente. En todo caso, el sobrino consentido de La jaula de las locas y de Luis La galleta de avena Videgaray Caso no se halla en la cima, sino en la sima.
--¡Ah, qué escándalo por una pinche letrita! –podría rebatirme el dilecto filólogo y lingüista director general del pasquín de marras, don Héctor Tacones lejanos Sánchez de la Madrid.
Y, claro, ante tan “contundente argumentación”, mejor paso a lo que sigue.
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