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Altar a la Santa Muerte en la colonia Manuel M. Diéguez, un altar único

JOSÉ GILBERTO IBÁÑEZ ANGUIANO | Colima | 18/08/2013

En un local ubicado por la calle Cristóbal Colón de la colonia Manuel M. Diéguez en Villa de Álvarez, Colima se instaló un altar a la imagen de la Santa Muerte, también conocida como Niña Blanca.

En ese lugar le tienen ofrendas de rosas rojas frescas, incienso, veladoras, whisky, pan, cigarros, monedas, chocolates y frutas, entre otras cosas.

El altar está compuesto por un espacio bien edificado y pintado de blanco, con sus lámparas para que todo el día esté iluminado, mismo que da a la calle por una puerta de cristal que custodia a por lo menos 30 figuras o estatuas de la Santa Muerte, además de 13 carteles o pósters de la también llamada niña blanca

De acuerdo a este culto, la Santa Muerte recibe peticiones de amor, afectos, suerte, dinero y protección, así como también peticiones malintencionadas y de daño a terceros por parte de sus fieles.

Quienes quieren venerarla o llevarle ofrendas por algún favor o milagro recibido o simplemente por acercarse a ella pueden acudir a este espacio

Por eso, diversas iglesias como la católica, bautista, presbiteriana, metodista, entre otras, rechazan y condenan su veneración, considerándola diabólica. Este altar en Colima tiene ya varios meses y los vecinos se han mostrado respetuosos, aunque reconocen que los desconcierta y hasta "asusta...

Es de mencionar que la Santa Muerte o Santísima Muerte es una figura popular mexicana que personifica la muerte y es objeto de culto.

Recibe peticiones de amor, afectos, suerte, dinero y protección, así como también peticiones malintencionadas y de daño a terceros por parte de sus fieles.

Por eso, diversas iglesias como la católica, bautista, presbiteriana, metodista, entre otras, rechazan y condenan su veneración, considerándola diabólica.

En ocasiones su culto es vinculado a distintos tipos de delincuencia como el narcotráfico, asaltantes y personas de distintos estratos sociales que se dedican al comercio informal, ambulantaje o piratería. Sin embargo, el culto a la muerte ya existía entre los pueblos prehispánicos.

La historia del culto tiene un largo proceso de evolución que se puede dividir en dos etapas. Una larga etapa de gestación donde se fueron conjugando los distintos elementos que va desde la época prehispánica, pasando por el catolicismo de la época colonial, llegando hasta la mitad del siglo XX.

Una rápida etapa donde el conjunto de estos elementos da a la figura su actual apariencia; esto último achacado a un entorno de marginación social, pobreza y delincuencia.

El culto de la Santa Muerte se remonta a 1795, cuando los indígenas adoraban un esqueleto al que llamaban Santa Muerte en un poblado del centro de México y hay testimonios de que este culto permaneció oculto en los últimos dos siglos.

La leyenda popular, que se supone transmitida de boca en boca, indicaría que este culto haya estado naciendo alrededor de los años sesenta. Cuando en Catemaco, Veracruz, México, una persona de la localidad vio la figura de la Santa Muerte dibujada en las tablas de su choza.

Fue a pedirle al cura local que verificara la imagen y la canonizara, pero este se negó rotundamente tachándola como rito de satanismo, de ahí que este culto se difundiese de persona a persona, sin tener una organización fija, por el temor a ser visto como satánico. Por lo menos, hasta el día de hoy.

SANTA MUERTE ESTAMPA POPULAR
A ella se daría a conocer el culto en el estado de Hidalgo, México, en el año de 1965. La Santa Muerte es así adorada o venerada sobre todo por personas que cotidianamente ponen en riesgo su vida; pero los habitantes urbanos de hoy en día, también invocan a esta figura para la protección y la recuperación de la salud, artículos robados, o aun miembros secuestrados de la familia.

La similitud con el culto a San La Muerte Paraguayo/Argentino se evidencia en esta solicitud de aquellos que ponen en riesgo su vida; también en el culto sudamericano se pide a San Muerte por una muerte no violenta ni dolorosa.

La Muerte puede ser representada como una figura masculina o femenina; de forma masculina lo visten de manera tenebrosa, con guadaña y un rosario. Otras ocasiones, la Santa Muerte es femenina, vestida con una túnica larga blanca de satín y una corona de oro.

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