“CASINOS, DIVERSIÓN O ADICCIÓN”
Sabemos que en nuestro entorno social existen enfermedades aquellas que los profesionales les denominan patologías sociales. Sabemos que problemas acarrea el alcoholismo, lo que representa el uso y abuso del alcohol para el individuo en lo particular y los problemas que el adicto se genera en su trabajo. Sabemos que en muchos casos la violencia intrafamiliar es motivada por el mal hábito. No pecamos de ignorancia pues reconocemos que la prostitución existe, que es un mal quizá necesario y una válvula de escape en lo social.
La delincuencia también es una patología social. Nos enteramos por los noticieros, por medios de comunicación cada día de los estragos que hace la delincuencia en nuestro estado, de lo que hace Pedro y Pablo y de lo que le dice fulano a zutano.
Ahora con la legalización del juego y las apuestas, la delimitación de las reglas de los mismos y la autorización de permisos por la secretaria de gobernación a diversas sociedades para el ejercicio legal de empresas dedicadas a la diversión y entretenimiento para adultos, en nuestro estado y en todo el territorio nacional en donde se han instalado casinos, ha resurgido un problema que con la perdida de hábitos y costumbres se había olvidado.
Un problema que entre galleros y gallos, dados y cartas, talladores, botellas de vino, copas y mujeres y con ello envuelto todos sus placeres, había disminuido dramáticamente ahora ha resurgido, maquillado con alfombras elegantes y sillas cómodas, luces y leds de colores, aire acondicionado, paredes pintadas de colores relajantes, locales elegantes y toda una atmosfera de centro social de diversión y esparcimiento, divertido e inofensivo, además de promociones, regalos y cortesías, bebidas como café, té, refrescos y alimentos totalmente y entre comillas: gratis.
Con la llegada de los casinos a nuestro estado, resurge un problema, una enfermedad social que representa la habitualidad del individuo al juego. La ludopatía, como enfermedad social, se presenta cuando la persona es incapaz de resistir los impulsos a jugar lo cual le puede llevar a graves consecuencias personales y sociales.
El riesgo de esta adicción no solo es para los adultos. Este vicio según datos de la Universidad de Maryland en Estados Unidos, generalmente empieza entre los hombres en la adolescencia y en las mujeres entre los 20 y 40 años.
La ludopatía a menudo involucra comportamientos repetitivos, las personas con este problema tienen dificultad para resistirse y controlar el impulso de jugar, aunque, comparte características del trastorno obsesivo compulsivo, la ludopatía probablemente es una afección incomparable. La persona es atraída a una maquina de juegos electrónicos donde apuesta, y si trae dinero en la bolsa no importa que sea para su despensa y para el pago de la luz o el teléfono, ¡Que importa si solo son 100 pesos! Y si todo fuera eso.
En las personas que desarrollan ludopatía, el juego ocasional lleva al juego habitual. Las situaciones estresantes pueden empeorar los problemas del juego. Mentir para ir, para acudir y termina por decir: ¡Que no se entere mi familia, que no me vea mi papa, que no sepan mis hijos, en el casino nunca me han visto, si solo vengo tantito, vengo a buscar a una amiga, si yo no voy ahí!
Un dicho entre casinos y casineros es decir que sirve más gastar 500 pesos en el juego que pagarlos a un loquero. Las personas por ansiedad llegan al grado de romper la maquina con su propia mano por la falta de control y por la ansiedad que les ocasiona el no poder ganar.
Las maquinas están programadas nunca les vas a ganar quien gana finalmente es el casino que renta su espacio y vende distracción.
¡Juega con mesura, con moderación y no esperes a que tu afición se vuelva una adicción que no puedas controlar!
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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