PERGAMINO BALOMPÉDICO

ALEX CARBAJAL BERBER | Opinión | 18/10/2012

Slim vs Televisa

No es oficial, pero al parecer dos de los hombres más poderosos de México han emprendido una guerra por defender la posesión y control del futbol mexicano –en el caso de Televisa y Azcárraga Jean-, y uno por arrebatar el papel de dictador en el balompié nacional –en el caso de Grupo Carso y Slim-.

De esta manera, se podría entender la guerra que ha establecido el grupo liderado por Televisa, pero conformado por TV Azteca y algunos medios de comunicación más, sobre los desmanes ocurridos en León, específicamente en el partido León-Tigres en el Nou Camp, donde una golpiza de policías a hinchas de la UANL (que solamente fue una repetición de lo que ha pasado en incontables ocasiones en nuestro futbol), se ha editorializado como si de una tragedia nacional, aún cuando hemos visto de todo en la guerra del Gobierno Federal contra el narcotráfico.

Con la adquisición del 30 por ciento de las acciones del Pachuca y el León, Carlos Slim –el más rico de México y el Mundo- entró en una pelea donde podría interpretarse que va por el poder del futbol, algo que la televisora puede jactarse de siempre haber tenido, y que puede convertirse en una disputa revolucionaria y legendaria.

Estamos hablando que el “Tigre” Azcárraga Milmo tuvo el poder del futbol nacional desde pocos años después del inicio del profesionalismo, incursionando en la FIFA mediante empleados suyos, e incluso “organizando”, por así decirlo, dos Copas del Mundo en nuestro país. Para Televisa y su familia, el futbol ha sido un negocio más que conveniente, que ahora peligra por la incursión del hombre más rico del planeta, como consecuencia de una disputa comercial en materia de telecomunicaciones, que incluso ha tenido tintes políticos.

Sólo así se puede entender el desprestigio que quieren hacerle al León y su ciudad por un incidente que, repetimos, es ya un escenario común en la llamada Liga MX, pues nadie puede negar que los pleitos entre barras bravas estilo argentino ya son un escenario que se ha incrustado en nuestras canchas y alrededores.

Además, no es la primera vez que Televisa utiliza esta estrategia de desprestigio cuando tratan de alejar a alguien del mundo futbolístico. Maurer, el caso Colima de la pistola, son exageraciones, y en el caso del Estadio Colima, son mentiras que la televisora ha querido establecer como verdades universales, con tal de no ver dañados sus grandes y millonarios intereses en este deporte.

Estamos, apenas, al inicio de una disputa que podría llegar a ser legendaria. Hay varios productos que Televisa controla, y que no se pueden dar el lujo de perder ante el poder económico de Slim. La selección mexicana bien podría ser uno de ellos.