Manzanillo, Col. Con el propósito de fortalecer la cultura de la protección civil y la conciencia ciudadana, en el marco del XX aniversario de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), se llevó a cabo este viernes en el Puerto Interior de Manzanillo el “Simulacro de emergencia química mayor”, específicamente en las instalaciones de la SSA México, S.A. de C.V.
Con la participación de autoridades, industria y población civil, se realizó dicho actividad con las medidas de seguridad correspondientes en aras de robustecer la cultura de la realización de simulacros integrales de emergencia química mayor.
En dicho simulacro intervinieron, además de la Profepa y SSA México, la API, el H. Cuerpo de Bomberos, Centro de Emergencias, Protección Civil Municipal y otras instancias.
Los resultados serán analizados por los evaluadores seleccionados ex profeso, quienes en su oportunidad darán a conocer en su informe las fortalezas y debilidades que surgieron del simulacro, así como las áreas de oportunidad a efecto de se apliquen las medidas correctivas que impulsen la mejora continua.
Previamente, se dio a conocer a la opinión pública y a los habitantes de Manzanillo en general sobre la organización y realización de dicho simulacro, a fin de que la movilización que se generara por el evento no causara pánico ni zozobra en la población civil, sino que estuviese consciente de que es producto de la simulación de una situación de emergencia que busca recrear, de una manera ficticia, las dificultades que se generarían en una situación real, ya sea causada por incendio, alarma de bomba, inundación, terremotos, accidente, entre otros escenarios.
Los simulacros ayudan a mejorar el conocimiento de las instalaciones y de las vías de evacuación y las posibles salidas, la sensación de que el tiempo de que se dispone no es suficiente, la confianza en las personas de ser capaces de enfrentarse a una situación de emergencia, sin perder el control ni sucumbir al pánico, y la sensación de seguridad al conocer cuáles son las medidas adoptadas por los responsables para salvaguardar la seguridad. Además, permiten detectar problemas técnicos como la mala señalización de los pulsadores de alarma, los extintores, las bocas de incendio equipadas, las vías de evacuación, las salidas de emergencia o los puntos de reunión, en cuanto a su ubicación y localización.
Respecto a las operaciones, procedimientos o protocolos que se utilizan, ayudan a determinar problemas organizativos como los fallos del plan de emergencia en cuanto a la capacidad de reacción y actuación de los medios humanos, la coordinación entre los equipos internos y la ayuda externa o la idoneidad de la formación impartida.
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