Datos oficiales indican que en el país existen más de 11.6 millones de niños de cero a cinco años, de los cuales el 61 por ciento se encuentra en condiciones de pobreza patrimonial y 27.4 por ciento no tiene suficientes recursos para cubrir sus necesidades de alimentación.
Asimismo el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) advierte en el Estudio global sobre pobreza y disparidades en la infancia, que en el periodo 2006-2008 un 25 por ciento de los niños en México de cero a 14 años (diez millones aproximadamente) vivían en condiciones de pobreza alimentaria.
Cuando se conocen cifras como las que se presentan para medir la pobreza que termina por afectar a los sectores más vulnerables como los niños, se puede entender cómo los menores se han involucrado paulatinamente en el fenómeno de la economía informal, incluyendo la delincuencia, incluso existen algunos casos de niños sicarios.
Aun cuando las cifras indican que hay cierta mejora, es notorio que son más los rezagos que enfrenta la población infantil, incluso en conceptos tan básicos como su alimentación, con lo que se echa por la borda la supuesta recuperación que asegura el gobierno federal ha comenzado a vivir el país.
Qué expectativas pueden tener esos menores que crecen con una alimentación deficiente, y en el mismo sentido, qué se puede esperar de la atención que reciben en otros rubros importantes como la educación y la salud.
No es casualidad que el número de “ninis” en el país sea tan alto –pese a que el gobierno federal quiere ocultarlo-; ¿cómo puede tener el país futuro si las políticas federales no le apuestan a los niños?, ¿cabe esperar un mejor país sin tener políticas de apoyo a la niñez?
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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