¿ENTRENADOR DE TÍTULOS?...
José Mourinho ganó la Copa del Rey de España planteando un escenario polémico, aunque necesario para legitimar, y asegurar, un año más en el banquillo madridista.
En el primer duelo de los cuatro enfrentamientos en 18 días, que tendrán los madridistas ante los barcelonistas, los merengues se jugaban una última oportunidad en la Liga de España. El empate en este duelo aseguró que no podrán quedarse con el título español, pero le dio indicios a Mourinho de que lo único importante para la afición blanca era ganarle al Pep Team, aún cuando eso significara dilapidar una imagen futbolística histórica del Real Madrid.
Lo importante para Mourinho era ganar. Johann Cruyff, en días previos, había dicho que los equipos del portugués sacrificaban el buen futbol para ganar partidos y títulos. Mou tuvo así un pretexto más para ensuciar el duelo de la final de Copa. Tres recuperadores en medio campo, balonazos a los delanteros, y la interrupción del juego de manera constante pueden resumir la estrategia madridista para anular el “tiqui-taca” culé.
Una victoria en alguno de estos duelos era imperativa para Mourinho. No es lo mismo jugar un duelo a definir, que una eliminatoria a dos partidos, como lo que se avecina en la Liga de Campeones de Europa. Ahí no dependerán de un balonazo a Cristiano Ronaldo -¡hasta que el portugués se sacó una de las cuentas pendientes con la afición madridista!-, o de las atajadas imposibles de Iker Casillas.
Mourinho, finalmente, se aferró al clavo ardiente que eran esos seis partidos sin victoria madridista en clásicos. Jugando al tú por tú podría haber aguantado el primer tiempo –como lo hizo-, pero lo demás era aventurarse demasiado. Su solución más viable fue emular la gesta del Inter de Milán en el Camp Nou. Y los madridistas prefieren sacrificar el estilo por el resultado.
…¿O ENTRENADOR DE FUTBOL?
El semblante de Pep Guardiola lo decía todo. Pareciera que ya había caído en cuenta de haberse tardado con algunos cambios, además de entender que sus futbolistas no habían llegado en la sintonía adecuada para enfrentar esta final.
La ausencia de Carles Puyol fue determinante. Sobre todo cuando se trata de amedrentar al rival, y porque el cuadro barcelonista adoleció de amenazas en jugadas a balón parado. En ese tipo de ocasiones, el capitán culé siempre es una preocupación latente para el rival.
Guardiola, sin embargo, se veía tranquilo. Su equipo no quebrantó su estilo y logró, pese a las molestias del exceso de roce físico madridista, concretar algunas buenas opciones. Pep, en este caso, deberá encontrar la forma de sorprendernos. Tiene tres genios en la cancha: Messi, Iniesta y Xavi. Deberá ver la forma de que las patadas madridistas no los anulen, y ése será su gran reto.
No cabe duda que la derrota en esta Copa del Rey motivará a la plantilla culé. El 5-0 de la primera vuelta de la liga española fue después de la eliminación en Champions ante el Inter de Mourinho. Esta derrota servirá para que el Barcelona no llegue con demasiado ego, y que como consecuencia pongan la casta que quizás no pusieron en la final de Valencia.
Para los amantes del futbol utópico, como el del Barsa, todavía hay esperanza de que en la Liga de Campeones el futbol ofensivo se imponga al futbol mezquino. Lo positivo es que con la victoria madridista, el escenario para las semis de Champions es aún más interesante.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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