
PEÑA Y LA CORRUPCIÓN
Más allá de las filias y fobias están los hechos, las evidencias, lo que permite sustentar y corroborar, cuestión muy importante dentro del periodismo y más cuando se deliberan asuntos públicos. Dicen, quienes se ufanan de sustentar la verdad absoluta, que el gobierno de Enrique Peña Nieto es el más corrupto de la historia y que los priistas son los culpables de los peores males que ha sufrido México.
Lo paradójico del asunto –o lo absurdo- es que el gobierno de Peña ha sido el que más procesos ha instaurado contra ex gobernadores por cargos de corrupción, sin importar la filiación partidista; algunos incluso han pisado la cárcel o están apunto de hacerlo por delitos que van desde operaciones con recursos de procedencia ilícita, peculado, defraudación fiscal o delincuencia organizada.
Que me digan quienes simplonamente afirman que Peña encarna la corrupción, ¿por qué entonces la combate persiguiendo legalmente a siete ex gobernadores priistas y a dos panistas? Y es que si fuera corrupto lo lógico es que protegiera, solapara y beneficiara a los corruptos, en especial a los de su partido.
Si es un corrupto, ¿por qué permitió que Tomás Yarrington, Eugenio Hernández Flores, Andrés Granier, Guillermo Padrés y Jesús Reyna purguen condenas en la cárcel? De igual forma, ¿por qué permite los procesos de extradición de Roberto Borge Angulo es gobernador de Quintana Roo y César Duarte Jáquez, es gobernador de Chihuahua, quienes enfrentarán la justicia y posiblemente el mismo destino de los antes mencionados?
NI Felipe Calderón, mucho menos Vicente Fox –que tenía al empresario acusado de corrupción Lino Korrodi, el cual ahora apoya a Andrés Manuel López Obrador—obtuvieron estos resultados contra la corrupción. Ah, pero dicen los que son poseedores de la verdad absoluta, que la corrupción se inventó en este gobierno, con Peña, porque ahora es cuando los están agarrando.
No se trata del fortalecimiento del estado de derecho y que el gobierno institucionalmente constituido mande un mensaje contundente a la corrupción, en especial a la clase política, sino porque ahora, en este sexenio nada más, del 2012 al 2018 exclusivamente, surgieron los políticos corruptos, los cuales, ojo, nomás son del PRI.
Pregunto, ¿cuántos políticos cayeron por la Estela de Luz de Calderón?, ¿cuántos por los sobreprecios de las toallas de Martita Sahagún? Lo absurdo, ridículo y preocupante –porque refleja qué tan crítica y reflexiva es una parte de la población—es que muchos se creen eso de que la corrupción tiene marca y, por ende, la estereotipan.
Sin embargo, lo peor es que hay una parte de la población que le aplaude a un candidato que se jacta de perdonar a los corruptos –y que así lo ha hecho mediáticamente sumándolos a su partido-- y le recriminan a quien, desde el ejercicio de su gobierno, los ha metido a la cárcel. Ahí están los hechos.
DOS PUNTOS
El pragmatismo de Morena raya en el cinismo y demuestra hasta qué punto se ha depauperado la moral de López Obrador para permitir el ingreso de lo peor de la política mexicana. Aliarse con la CNTE a través del nieto y yerno de Elba Esther Gordillo, quienes buscan que la ex lidereza magisterial recupere la rectoría del magisterio; tener de operador a Manuel Bartlett, confeso defraudador electoral; y la lista sigue y aumenta cada día más…
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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