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Administrador Colimapm | Opinión | 14/12/2017

POR: Adán Blanco Campos

REINGENIERÍA ELECTORAL

Hay reingeniería electoral. Los tiempos y formas actuales de hacer política, obligan a todos aquellos dedicados al quehacer público, a intentar conquistar el electorado por todos los medios posibles; incluso, hasta hablando con la verdad y tomando decisiones sensatas e informadas. Y lo concluyo así, porque la mentira, insensatez y demagogia han venido impregnando el discurso fácil y populista de todos los actores.

Prueba de la mala reputación de la política es su reprobación social y que han obligado a que ya muchos acusen recibo y hábilmente rediseñan sus formas de convencimiento. MORENA no se incluye en este nicho pues sus seguidores acatan como autómatas las directrices arcaicas sin atreverse a modernizarlo y hacerlo competitivo.

El PRI se atrevió a rediseñarse. Muy pocos imaginaban que su candidato presidencial fuese alguien que no tuviese nexos partidistas y que de manera tan fácil, lograra los consensos de sectores y grupos filiales a ese partido. De ese tamaño fue su atrevimiento ante el desprestigio alcanzado en pocos años de ejercer el poder,

El PAN hace otro tanto.  Se rediseña haciendo a un lado sus prácticas tradicionales para consumar un frente con partidos que se antojaban antagónicos pero que en la práctica los márgenes de cristalizar sus plataformas políticas eran tan estrechas que las políticas públicas de ambos terminaban por ser prácticamente iguales, y que por tanto, la sociedad no distinguía diferencias entre unos y otros.

Basten estos ejemplos para convencernos de que la reingeniería electoral de los partidos políticos es una realidad que nace del serio descrédito en el que han caído y que han tomado con cierta seriedad, incluso desesperación.

El siguiente paso obligado es decidir el nombre de los candidatos. Si se han visto orillados a rediseñarse; también están obligados a decidir los mejores hombres y mujeres si no quieren ver sucumbir sus atrevidos esfuerzos de reingeniería electoral.