LA PANGA

MAYAHUEL HURTADO | Opinión | 31/08/2017

COLECTORES PLUVIALES, PROYECTO SUSTENTABLE

“No para de llover”, esa fue la frase que estuvimos escuchando a lo largo de todo el día de ayer y hoy, lo que nos muestra cuán vulnerables somos ante un evento climático inesperado, como lo fue la formación de la Depresión Tropical 14-E, que nos puso a temblar en un par de horas cuando vimos cómo se comenzaban a encharcar y en algunos casos a inundar algunas de las vialidades principales. Pero no sólo eso, la ciudadanía, como nunca, estuvo atenta a los llamados de los medios de comunicación para emprender las acciones preventivas ante el mal tiempo.

El sistema de Protección Civil emitía sus boletines y durante la mañana de ayer, la intensa lluvia ahuyentó a los alumnos de algunos planteles educativos, que por decisión de sus padres retornaron a casa como medida preventiva, pues considerando que era una depresión, ésta podría intensificarse a lo largo del día.

Se hablaba de vientos muy fuertes y oleaje alto, de rachas de viento de 65 a 85 kilómetros por hora y una velocidad de desplazamiento de once kilómetros por hora. A pesar de que ya se estaba alejando de las costas de Manzanillo, el cielo se tornaba más gris y continuaron las actividades pluviales que estaban pronosticadas como tormentas muy fuertes que dejarían a su paso de 150 a 250 milímetros cúbicos de agua.

Es muy grato ver que la población está adquiriendo la cultura de la prevención y estuvo atenta hasta que el gobernador Ignacio Peralta, tras un minucioso análisis, determinó la suspensión de clases para los turnos vespertinos y nocturnos, y horas más tarde se anunció la misma medida para el día de hoy en el turno matutino; hasta el momento en el que redactaba esta colaboración, aún estaba pendiente la suspensión para las clases vespertinas y nocturnas el día de hoy, pues todo dependía que cómo evolucionara esta depresión tropical.

Este fenómeno meteorológico nos deja una serie de reflexiones interesantes, pues en cuestión de horas la ciudad se convirtió en un caos; las zonas del boulevard costero, Avenida Elías Zamora Verduzco, Avenida Manzanillo y de Las Rosas, mostraron grandes encharcamientos y en algunos casos se complicó el paso de vehículos como parte de la circulación diaria.

También hubo algunos deslaves en la zona cerril, que por un momento interrumpieron el paso en el libramiento de El Naranjo y algunos otros puntos en la zona rural. Las zonas conocidas de Santiago centro, que están cercanas al arroyo, así como Olas Altas, mantuvieron en alerta a los habitantes, sin olvidar una parte de la zona centro de Salagua, El Valle de Las Garzas, Tapeixtles, colonia 16 de Septiembre, Bellavista, Las Joyas y San Pedrito, en donde algunos puntos el deslizamiento de agua era tal que los vecinos tenían que cruzar la calle con mucha precaución y en el caso de los vehículos, caían en los enormes baches que eran prácticamente invisibles por la cantidad de agua en el asfalto.

Hubo varias ponchaduras de llantas, cientos de estudiantes que se empaparon prácticamente al trasladarse de la casa a la escuela, pero lo que no faltó, como en cada situación de lluvia, fueron los inconscientes que conducían a una velocidad mayor a la permitida y alcanzaron a mojar a los transeúntes que con mucha dificultad cruzaban alguna avenida.

Se debe de tomar muy en serio el tema de la urgente necesidad de la canalización de aguas pluviales en Manzanillo, estamos rodeados de canales de desagüe, pero en las zonas de mayor afluencia vehicular no hay alcantarillas ni bocas de tormentas, simplemente los topógrafos diseñaron un mecanismo arcaico de deslizamiento de aguas que está comprobado en algunos puntos de las arterias viales principales del municipio, ha fallado.

Estas acciones no solamente son del gobierno, la iniciativa privada debe jugar un papel importante para contribuir a la remodelación y modernización de vialidades que garanticen más que un deslizamiento de aguas, un encausamiento real en donde toda esta captación pueda ser reutilizada para otros fines relacionados con la actividad humana.

Existen proyectos ecológicos que se especializan en la captación del agua de lluvia y Manzanillo tiene las condiciones necesarias para que en cada temporal pueda captar esos cientos o miles de milímetros cúbicos y darles un uso para beneficio de la ciudadanía que puede redituar en el bajo costo del servicio de agua potable.

Falta el alcantarillado, esperemos que los nuevos proyectos no omitan esta parte tan importante y que si bien se va a realizar un proyecto a gran escala, pensemos en la sustentabilidad, porque siempre será mejor tener agua de lluvia almacenada para tratarla a no tenerla y que haga falta en un par de años.

Por ejemplo, en la CDMX existe la Ley de Aguas aprobada en 2003, que exige la captación de agua de lluvia en nuevas edificaciones y promueve la implementación de estos sistemas en todas las construcciones. El aprovechamiento de lluvia como solución a los problemas urbanos también es afirmado en la Ley de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático de la CDMX aprobada en junio de 2011.

Por otro lado, la Secretaría de Medio Ambiente de la ciudad tiene un programa que certifica las edificaciones sustentables, para que reciban apoyos fiscales. Además, tanto el código fiscal como financiero de la ciudad, tiene artículos que se refieren a los apoyos existentes para las edificaciones que busquen hacer un buen uso de los recursos y contaminar menos. En las grandes ya se está previendo la escasez del vital líquido. Esperemos que en Manzanillo no duerman el sueño de los justos y los legisladores, Ayuntamiento e iniciativa privada no se esperen a que el destino los alcance, cuando el agua sea tan cara como el petróleo.