Mi padre, que nació en el año de 1913, fue un hombre que desde niño supo lo que era trabajar y su primer trabajo fue vendiendo quelite, hierba que era utilizada como alimento para los cerdos.
Platicando este domingo con él, me contó que fue desde los cuatro años de edad cuando empezó a vender manojos de quelite en lo que entonces era la ciudad de Colima, que por la parte oriente solo llegaba hasta el río del Manrique.
Me iba de mañanita a cortar el quelite, había mucho puerco entonces aquí en Colima, "yo les daba carrera a los puercos y en la casa en donde se metían ahí llegaba a ofrecer y me compraban quelite".
"El tercio de quelite lo daba a un centavo, así que para las 8 de la mañana ya había ganado 15 centavos", recuerda.
Sigue contando que cuando tenía cinco años ya echaba vueltas a cortar tercios de quelite a la orilla del rio Manrique; lo cortaba en la noche, lo ponía en el patio de la casa y le echaba agua para que no se marchitara, así que amanecía alegre y yo madrugaba a venderlo.
Mi padre asegura que poco a poco se fue haciendo de 'entregos' de quelite, "uno de ellos era el señor Luis de la Mora, que vivía entre las calles Ignacio Sandoval y Zaragoza, me compraba 15 manojos, llegaba y le tocaba y cuando salía me decía en donde le dejara el quelite, luego me pagaba y ya me regresaba con mis 15 centavos a la casa".
Mi padre recuerda esa época y aunque la añora dice que ahora está mejor la vida, porque antes había mucha enfermedades ya que no había control sobre, incluso había gente que tiraba a los puercos muertos en el río Manrique y otros iban a recogerlos para venderlos como carne y también en chicharrones, pero esa es otra HISTORIA DEL CENTENARIO que publicaré la próxima semana.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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