LA PANGA

MAYAHUEL HURTADO | Opinión | 14/02/2017

LAS MUJERES QUEREMOS PAZ, SEGURIDAD, PERO SOBRE TODO  RESPETO

El hablar de las mujeres no es un tema fácil. Somos tan diversas que no podríamos encontrar un prototipo de mujer. Somos impredecibles, combativas, sentimentales, tiernas, frágiles, enfermizas, calladas, extrovertidas, inteligentes, hermosas, feas, guapas, altas, bajitas, güeras, trigueñas, morenas, caucásicas, en fin, es una variedad tan inmensa que anda todos los días en los diferentes ámbitos de la vida buscando destacar en un mundo que fue diseñado para los hombres.

Si es en el ámbito familiar las mujeres tenemos que soportar las pesadeces de los hermanos, la sobre protección de los padres hacia nosotras y el aberrante machismo generado desde el seno de la familia por nuestra madre, pues finalmente, estamos en  una sociedad en la que el hombre aunque no tenga la razón siempre sale avante de cualquier situación en donde la mujer tenga la posibilidad de defender su postura.

Pero no solo eso, en el ámbito afectivo la mujer tiene que sobre esforzarse por ser la que mantiene a flote la relación, generando siempre las condiciones para que el proyecto avance y hay que decirlo, en la mayoría de las ocasiones la mujer tiene que ceder para conservar lo que emotivamente es considerado por los expertos en la salud mental, como el equilibrio emocional, ya que una mujer enamorada o con pareja, en donde vive una relación estable y en donde es feliz, hay grandes niveles de eficiencia y productividad en todo lo que realiza.

En el ámbito laboral es en donde la mujer se encuentra a veces con monstruos de siete cabezas, en donde tiene que esquivar la envidia, el machismo, la violencia verbal, la indignación, las propuestas indecorosas, las malas intenciones, la eco dependencia económica, eso apoyado por los grandes jefes que aún consideran que los puestos clave o las direcciones de las empresas deben de ser liderados por hombres, que en algunos casos, tampoco son hombres, refiriéndome a que es más aceptado un gay en el mundo de los negocios que una mujer que sale a dar lo mejor todos los días.

El cine y la pantalla chica a través de series y telenovelas nos han reducido a un producto sexual altamente vendible, y por cierto, muy barato e incluso en el internet es gratis. Varios estereotipos aniquilan la autoestima de muchas mujeres que en esencia pura son igual de valiosas que aquéllas que gozan de un cuerpo perfecto, incluso me atrevo a decir que las mujeres más destacadas en diferentes ámbitos de la vida, no es regla que deban ser bonitas, como tampoco lo es que no lo sean. Y es que, hay un dicho que decía mi abuela “no hay mujer fea, los maridos se las acaban”. Y cuánta razón tenía en esa frase, porque la mujer sacrifica todo, incluso su vanidad, para cuidar su ambiente, su esfera, su núcleo, bien sea familiar o sentimental. Y es ese corazón enorme que tienen las mujeres el que por desgracia hace que se enamoren de los hombres equivocados, pareciera que las mujeres que en un porcentaje demográfico ya superamos al número de hombres en el planeta, tuviéramos la necesidad de auto denigrarnos para obtener un macho que nos acompañe y nos haga felices el resto de nuestras vidas.

Pero no, se equivoca amable lector, si usted tiene a su alcance a una mujer ya sea hija, hermana, novia, madre, esposa, amante, e incluso amiga con derecho, debe de quedarle en claro que las mujeres sólo queremos paz, no necesitamos violencia, bastantes etapas difíciles nos ha tocado sortear desde nuestra infancia. Aparte de todo esto, las mujeres necesitamos sentirnos seguras, y no me refiero a un guardaespaldas, requerimos de que nuestro padre confíe en nosotras, de que nuestra pareja nos ame realmente y nos respete, de que en el trabajo el género no sea un impedimento para trascender en el ámbito profesional. De todo lo que le dije, hay una piedra angular que de lograrla las mujeres podremos sentirnos victoriosas de trascender en el mundo con paz, seguridad y todas las garantías y derechos que necesitamos. Me refiero al respeto, si una mujer es respetada en todos los ámbitos y en todas las circunstancias, podremos sentirnos muy afortunadas de transitar en una vida en donde en la próxima parada gratas sorpresas nos depare el destino.

Si usted es mujer, le invito a que este catorce de febrero se demuestre el amor a usted misma, lo merece, el ser mujer es una bendición, podemos dar vida, podemos conducir vidas y lo mejor, podemos ser el motivo de la vida de muchos. Si usted es varón y tiene a una mujer a su lado como hermana, amiga, novia, hija, madre, esposa. demuéstrele realmente lo mucho que la ama, hágala sentir la mujer más segura del mundo, la más respetada, porque sin duda alguna, como decía Erich From en su libro “El Arte de Amar”, - Amar es Preferir” y si comprende usted las diferentes modalidades del amor, le garantizo que pasará el catorce de febrero más inolvidable de su vida. Ame y déjese amar, la vida es efímera y le invito a que extienda el Día de San Valentía por un lapso de un año, y lo refrende cuantas veces sea posible.