POR: ARMANDO POLANCO PÉREZ
Lo conocí desde siempre, era alegre al platicar y lo hacía con una dosis de sarcasmo sobre todo al referirse a los hombres, sus amores.
Con su cartera en mano, usaba pantalones con colores chillantes untados a su delgado cuerpo y un cinto tan apretado que parecía romperse al ritmo de su andar.
Fue la época de Claudia, (+) Lupita y más divas que iban y venían del norte causando siempre sensación en el pueblo.
Dejó de saberse de José Luis (Piojito). Luego supe que cumplió su deseo de transformarse y se nombró Cristina.
Hoy ha partido a mejor vida.
Descanse en paz José Luis.
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