LA PANGA

MAYAHUEL HURTADO | Opinión | 26/10/2016

VIOLENCIA DE MUJER A MUJER, EL PEOR DE LOS CÁNCERES SOCIALES…

Nos enseñaron a crecer en un mundo de competencia, siempre entre nosotras desde niñas, fue el traer el mejor vestido, el mejor peinado, las mejores muñecas y las mejores notas en la escuela. Siempre tuvimos que sobreponernos a los excesos de nuestros hermanos, que iban desde las travesuras menores, hasta los insultos y golpes en algunos casos en hogares totalmente desintegrados y el asunto se tornaba más crudo y terminaba en violencia innecesaria o un abuso sexual por parte de algún miembro de la familia.

Dicen que no es bueno generalizar, pero de acuerdo a los reportes que se tienen en los departamentos encargados de atender a la violencia intrafamiliar, se podrán encontrar indicadores que predominan en un porcentaje muy considerable de familias “desintegradas o disfuncionales” según expertos, quienes han encontrado que es en el seno familiar, donde la mujer, tiene sus primeras experiencias de violencia de género y éstas van originadas desde los hermanos y el padre, pero en casos más extremos, la violencia que más afecta a la vida de muchas mujeres es sin duda aquella que proviene de la madre.

Y aparte de que la violencia es considerada una violación a la ley, ha sido el estandarte para encabezar luchas que buscan darle en primer lugar un respeto a la mujer, a sus derechos, otorgar las mismas posibilidades que un hombre para trabajar en política y más aún, que participe en la toma de decisiones que realmente generan las transformaciones sociales. La mujer en su naturaleza ha aprendido a ser multifuncional, ya que puede sobrellevar el tema de los hijos, la pareja y el trabajo, busca trascender en un mundo que hasta hace unas décadas, era dominado por el hombre; pero en esa lucha, la mujer ha librado batallas contra la violencia no sólo de hombres, sino además de otras mujeres.

Pero falta por mucho que los expertos en tratar temas de género, definan un tipo de violencia que se da con mucha frecuencia y no está clasificada para su atención, me refiero a la violencia verbal, física, psicológica y en el campo laboral económica, que una mujer ejerce contra otra mujer. Y es que el punto “de cómo llegó al éxito” pasa por un scanner, así es amable lector, si una mujer llega rápido a un puesto, lo relacionan inmediatamente con una cuestionable moral, lo mismo ocurre si es guapa o bonita, tiene atributos físicos o es vanidosa. Ahí no vale la preparación, no importa cuánto le ha costado estar ahí o que tan inteligente sea, ni los esfuerzos válidos que la llevaron a conquistar sus metas, simplemente, su curriculum vitae queda resumido a un adjetivo de cuatro letras p…. u….t… ¿usted lo interpreta verdad?

En México dos de cada diez mujeres sufren bullying por otra mujer, ya sea en el ámbito social o laboral, de ahí que viene el dicho “entre mujeres podemos despedazarnos pero nunca nos haremos daño”. Si es bonita, soltera, divorciada, los duros calificativos y en algunos casos las agresiones no cesan. Si una mujer decide iniciar una relación sin proponérselo de tipo extramarital debido a que el infiel es el hombre, la que recibe el peso y la condena, siempre será la mujer, a la que de forma despectiva le llaman “querida, amante, la otra” y otros más encendidos de tono, total la pagana siempre será la mujer, aunque el hombre haya propiciado dicha situación.

Y si a eso le sumamos que existen mujeres con ciertos trastornos o baja autoestima, que ante la falta de aceptación de que terminó su relación sentimental, no descansan hasta insultar o agredir físicamente a quien consideran que les “ha robado lo que más amaban” y es tal el deseo de lastimar, que no se detendrán hasta conseguirlo y terminan en riñas con lesiones menores, otras más con lesiones que ponen en riesgo la vida de una mujer y aquellos casos extremos que su desenlace fue un deceso por crimen pasional.

Se debe tomar con mucha seriedad esta variación de violencia intragénero, pues en las mesas de violencia intrafamiliar, un porcentaje muy significativo de denuncias por lesiones, amenazas, injurias y calumnias, es precisamente de mujer a mujer; por inimaginable que parezca, bastaría hacer un estudio serio, para comenzar desde los hogares, la escuela y las dependencias de salud y aquellas encargadas de impartir justicia, una “Cruzada contra la violencia de mujer a mujer” problema que de un tiempo a la fecha, se ha ido convirtiendo en una especie de cáncer social.