PARACAÍDAS

ROGELIO GUEDEA | Opinión | 19/08/2016

ANAYA EN COLIMA: PRECIADO, EL PANISTA FUERTE

Ricardo Anaya, líder nacional del PAN, estuvo antier en Colima. Se reunió con la militancia local en un acto que congregó, según pudo apreciarse en las imágenes publicadas, a todas las vertientes albiazules de la entidad, aunque sólo cerca de él estuvieran las verdaderas lealtades. Si bien vino en su calidad de líder del panismo nacional, nadie podría negar que su presencia también se enmarca dentro de la carrera por la candidatura a la presidencia de la República para 2018, donde Anaya, junto con Margarita Zavala y Moreno Valle, los más visibles, se impone como uno de los favoritos, luego del jonrón que el “joven maravilla”, como se le conoce, consiguió en la pasada jornada electoral, donde el PRI de Manlio Fabio Beltrones quedó de tal modo en la lona que Beltrones tuvo que renunciar a la dirigencia nacional de su partido. Las elecciones de 2017, especialmente la del Estado de México, serán el fiel de la balanza para definir la candidatura presidencial de los albiazules, hoy por hoy en una clara ventaja electoral, y eso dependerá en gran medida de Ricardo Anaya, por lo que su trabajo electoral tendrá que ser de relojería. Pero Anaya no sólo vino, como dije, a medir el pulso de su posible candidatura presidencial, también vino a fortalecer la dirigencia estatal, acechada por las traiciones de seudopanistas que se han convertido en cortesanos del PRI y que han intentado ensombrecer por todos los medios la aplastante victoria albiazul de las pasadas elecciones. Anaya fue enfático cuando dijo: “no a la traición en el Partido Acción Nacional”, siendo claro en su apoyo a los verdaderos panistas y, por oposición, evidente en su rechazo de aquellos que sólo se sirvieron de la plataforma de este instituto político para sus propios fines, lo anterior en clara referencia a los candidatos externos que ahora han tomado la vía libre para restarle fuerza y unidad al PAN, entre ellos los legisladores independientes (Nico Contreras, Javier Ceballos y Luis Ayala) y algunos alcaldes (Gabriela Benavides, la principal). Destacó, sin embargo, algo irrefutable: que los panistas leales a sus principios y a su fuerza política tienen que ser, invariablemente, los más beneficiados en este camino hacia las elecciones de 2018, y que, por deducción, entre estos panistas sobresale el propio Jorge Luis Preciado Rodríguez, a quien se le vio muy cerca de Anaya en dicha visita. No era para menos: los más de cien mil votos que la sociedad colimense depositó en la urna del aguerrido ex candidato panista a la gubernatura de Colima le dan una fortaleza natural a su liderazgo que antier el líder del panismo nacional no hizo sino ratificar, en un afán por hacer entender a la desleal militancia de sumarse al pacto de unidad que requiere esta fuerza política para no sólo salir airosa en 2018, sino para, mejor aún, no perder el liderazgo que ahora ostenta. Mal harían los panistas en no colocar como punta de lanza (léase en la dirigencia estatal) a Preciado Rodríguez, pues con ello empoderarían a los empobrecidos priistas y, por contraposición, se empobrecerían ellos mismos. A los panistas ávidos de alimentar su interés personal bien les queda esta consabida máxima: “más vale pájaro en mano, que ver un ciento volando”. Esperemos que no sea demasiado tarde cuando lo entiendan.