BAÚLES

RICARDO SÁNCHEZ ARREGUÍN | Opinión | 11/08/2016

2018: 3 CANDIDATURAS PRESIDENCIALES, 2 PROYECTOS DE NACIÓN

Para la elección presidencial del 2018, a los aspirantes ya los conocemos. Algunos se pasean y placean, otros pretenden “nadar de a muertito”, aunque sus acciones los delaten.

Son cinco personajes. No más. Cinco personajes que aspiran a encabezar tres grandes bloques.

Primer bloque.- Por las izquierdas, no hay duda alguna que Andrés Manuel López Obrador quiere aplicar “la tercera es la vencida”.

Segundo bloque.- En el PRI, aliados con Verde y Panal, Miguel Ángel Osorio Chong, después de haber superado con un simple regaño la última fuga del Chapo Guzmán, y de haber aventado a Aurelio Nuño el petardazo de Nochixtlán, ya prepara un discurso político de centro, para descalificar a la derecha y al “populismo de izquierda”.

Tercer bloque.- En el PAN aspiran la esposa de Felipe Calderón, Margarita Zavala; el gobernador elbista de Puebla, Rafael Moreno Valle; y el actal dirigente nacional, Ricardo Anaya.

Habrá por supuesto, otro as en la manga de la clase política neoliberal, en figuras como la del gobernador “bronco” de Monterrey, un as que puede llamar la atención, en caso de que se pongan de moda las candidaturas “ciudadanas”. El desgaste de los partidos políticos propicia estas condiciones.

Pero serán, sin duda, 3 grandes bloques rumbo a Los Pinos; pero sólo 2 grandes proyectos de Nación.

El escenario se va configurando para que Osorio Chong pase a ocupar la tercera posición en votos, emulando a Roberto Madrazo en el 2006; en tanto que en el PAN Margarita Zavala y Moreno Valle verán cómo se les encarama el joven político Ricardo Anaya. De Zavala, el último estertor de su esposo Felipe Calderón fue su fallido impulso a un nuevo membrete denominado Partido Humanista; mientras que la posibilidad real de Moreno Valle depende, en mucho, del apoyo de otras fuerzas ajenas al partido de Gómez Morín.

A final de cuentas, en las boletas veremos a Osorio Chong, Ricardo Anaya y Andrés Manuel López Obrador. Los dos primeros, representantes de un proyecto de Nación que, desde 1982, con Miguel de la Madrid, hasta nuestros días, ha sido la principal fábrica de pobreza y desesperanza; el otro proyecto, el de Andrés Manuel López Obrador, que buscará, por tercera ocasión, convencer a la mayoría de esos pobres, que no voten más por sus verdugos.

De las 3 candidaturas presidenciales, en el sprint final estará echada la suerte de Osorio Chongo y el priismo, con Peña Nieto como su verdugo.

De ganar Ricardo Anaya la elección, entonces los mexicanos volveríamos a sacarnos otra vez pan de lo mismo, porque la élite mundial, que maneja la economía global a partir del petrodólar, tendrá seis años más de alianza con una burocracia mexicana, con siglas tricolor y blanquiazul, para continuar depredando este país tan rico en naturaleza y en promesas electoreras.

De ganar una gran alianza de las izquierdas, con Andrés Manuel López Obrador a la cabeza, nuestro país estaría dándose una oportunidad, para replantear su administración, en donde el centro de toda actividad de gobierno sea el ser humano, y nunca más el dinero a costa de la dignidad y los derechos de las personas. Luego: comenzaría la verdadera batalla.