LA SUERTE ESTÁ ECHADA
Nada a la suerte cuando lo que se juega es el futuro, la estabilidad y el desarrollo sostenido de una institución solida y determinante para Colima como nuestra máxima casa de estudios, la Universidad de Colima. Eso lo entendió y plenamente lo asumió la comunidad universitaria en sus diferentes ámbitos y en conjunto puso manos a la obra, cerró filas en torno a su legítimo líder y este martes 14 públicamente se manifestó pronunciándose abiertamente por la continuidad de un proyecto que a ojos vistos ha dado resultados positivos en todos los renglones, desde lo administrativo hasta el de la investigación, lo académico, lo docente y lo estudiantil, razón de ser y esencia capital del espíritu universitario.
A seis meses del término del periodo rectoral en el que se ha venido desempeñando Hernández Nava, los liderazgos universitarios han apostado ya y dado su respaldo al crecimiento y consolidación del proyecto ejecutivo que desde el inicio de su gestión fundó el rector en funciones imponiendo un estilo propio de administrar y una dinámica personal en la que por sus hechos trasciende, privilegiando el fortalecimiento de la Universidad a partir de los intereses del estudiantado y la solución a sus demandas y necesidades, como debe ser, sin descuidar la relación laboral y desplegando vínculos con sus egresados, además de favorecer el crecimiento sustentable de las áreas de docencia y de administración como entes fundamentales en el avance académico universitario.
No obstante hubo voces, las necesarias, las infaltables, las imprescindibles que deben escucharse en toda entidad, en todo organismo público que se precie de su democracia y de representar a una sociedad vital como la nuestra, aunque como es el caso, sean las mismas, las discordantes y aunque su propósito sea el obvio. Voces que esta vez, desde el mismo martes y hasta ayer y seguramente hoy mismo, por todos los medios tratan de descalificar y hasta de denostar intentando desacreditar a la otra voz, a la mayoritaria y también universitaria, esta, que haciendo uso de su derecho, unida como en una sola, en las de sus líderes, sin perder el tiempo en descalificaciones, con respeto se dio multitudinaria el catorce y se replicó ayer en la explanada del edificio de rectoría, solicitándole a Eduardo Hernández Nava, su rector, a que en apego a la ley prepare lo conducente para que siga encabezando los destinos universitarios por otro periodo, reconociendo su vocación, liderazgo, desempeño y resultados que afirman certezas para bien de la universidad.
Ante dicha exposición del músculo universitario, la expresión de fuerza y, sobre todo, de unidad interna de los universitarios, poco margen y nulos argumentos tendrán sus interesados detractores y los padrinos de estos, para continuar con sus intentonas desestabilizadoras con las que artificiosamente pretendían trabar los engranes, en su afán por detener, o al menos entorpecer, la marcha que de manera sostenida y con evidentes logros consecuentemente ha observado en su andar la administración de Hernández Nava con él al frente de la máxima casa de estudios universitaria.
Con estos pronunciamientos solventados con la presencia y las firmas de los representantes, nada parece detener ni a la Universidad ni a su rector en pos no solo de su permanencia sino también del crecimiento sustentable y con estabilidad como hasta ahora se ha tenido, para beneplácito de la comunidad universitaria y de la propia sociedad colimense, quienes en conjunto hemos visto cómo se ha ampliado la cobertura de ingreso, el programa de becas, la movilidad internacional estudiantil y la calidad académica, además del respeto a las conquistas laborales y el cumplimiento irrestricto del contrato colectivo a favor y para bien de las y los trabajadores universitarios y sus familias, sin demérito del crecimiento en investigación científica y proyectos tecnológicos, a lo que se suma el intercambio internacional docente y académico.
Queda a Hernández Nava hacer los análisis y tomar las resoluciones correspondientes, el plan institucional precisa de su participación protagónica y la población universitaria está con él, él tiene la fuerza, él tiene la palabra, una palabra que deberá seguir siendo incluyente, mesurada, plural, abierta y democrática, acorde a los tiempos actuales y ajustada a los que se avecinan, para fortalecerse como el legítimo garante para la defensa de la permanentemente agredida autonomía universitaria, condición irrenunciable que demanda la universidad y que exigimos la mayoría de las y los colimenses.
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