Transcurridos más de 100 días de la administración de Ignacio Peralta, salta a la luz la necesidad de que la totalidad de su gabinete –al menos los que han recibido nombramiento, a la espera de los faltantes– sea agraciado con un media training (o un entrenamiento de medios, en castellano), que resarza varios errores y les resuelva las muchas dudas de cómo es que funcionan los medios, y cómo debe gestarse una relación sana entre el bando oficial y el cuarto poder.
En el primer trimestre del gobierno peraltista, siguen lastimando las cantinflescas declaraciones de algunos de los secretarios y miembros del gabinete ampliado que conforman la maquinaria estatal, quienes aun sabiendo que las entrevistas banqueteras son el pan de cada día en la relación de los medios de comunicación de la entidad y los actores políticos, no están preparados para ellas en el momento que surgen. Lo peor es que tampoco están preparados para acudir a las cabinas de radio.
Algunos de los titulares de las dependencias estatales se muestran tan inexpertos en el trato con los medios, que llegan a exagerar en sus aseveraciones, e incluso a hacer promesas tan sobrecargadas de entusiasmo, que el público receptor las recibe con prejuicios pulso cortantes, producto del hartazgo que se ha venido gestando en el evidente colapso social y económico de nuestra entidad.
La directriz para comunicar, a pocos días de haber arrancado este nuevo sexenio, no está aceitada como debiera. Así como se borró el corazoncito “verde me late” de la ex administración anguianista, en la actualidad se intentan eliminar usanzas que estaban muy arraigadas en el modo de comunicar de diversas fuentes estatales; pese a esto, en lugar de verse beneficiada, la actual administración cuenta con un gabinete que comunica a manga suelta, ya sea sobreexplotando las redes sociales de mala forma, o lanzando intentos de propaganda fallida ante el menor atisbo de duda.
Uno de los yerros más sentidos en el organigrama de la nueva estructura comunicacional del Gobierno del Estado, fue la desaparición de los encargados de comunicación de prácticamente todas las dependencias que –por ley– no tuvieran que contar con un departamento de comunicación. Esto ha generado que la ciudadanía colimense se encuentre, en redes sociales, con anuncios de programas de apoyo de diversas secretarías plagados de faltas de ortografía y de estilo, mal escritos, y con una intención propagandística de la era de las cavernas. El motivo: no están hechos por profesionales.
Es tal la confusión comunicacional en el gabinete estatal, que –ante el desastre– me atrevo a proponer un detalle más: quien tuvo la idea de relegar los aspectos comunicativos a la última posición de la estructura gubernamental, sea el primero en recibir este media training.
PASE DE SALIDA…
El éxito del “Volcán Fest 2016” que organizó el H. Ayuntamiento de Colima, tiene muy preocupados a las dependencias de los tres niveles de gobierno que fungieron como simples testigos; y es que ahora que la ciudadanía colimense reciba una invitación a un festín semejante, esperará que dicho evento esté a la altura de las circunstancias. Nada fácil.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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