LA PANGA

MAYAHUEL HURTADO | Opinión | 11/04/2016

AGRESIONES Y CENSURA A PERIODISTAS A LA ALZA…

¿Morirá el cuarto poder o resurgirá con más fuerza?

Cada día se engrosa la lista de periodistas que han sido víctimas de violencia física y verbal, aquellos que han sido hostigados por la clase política, que han sido receptores de las represalias en ellos o sus familias por ejercer con libertad “el derecho a decir la verdad”, están también aquellos que vivieron en carne propia el bullying-discriminación-abuso por dueños de algunos medios de comunicación, no podemos dejar de mencionar a quienes han enfrentado las acciones más aberrantes que permita cualquier sistema político: LA CENSURA Y LA MUERTE.

Y transcribiré parte del duro discurso emitido por el director de El Universal, sobre la realidad que viven los periodistas en todos los rincones del país: “de acuerdo con los registros de querellas, cada 22 horas un periodista o medio es agredido y muchos ataques más no se conocen porque las víctimas no realizan la denuncia por temor a represalias”, refiere el más reciente informe preliminar de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

“Todos los casos [de agresión] tienen algo en común: la ausencia de protección y respuesta del Estado, ya sea por el desempeño inexistente u opaco de las instituciones, sumado a que son servidores públicos quienes componen la mayor proporción de perpetradores, con 165, en comparación con 35 del crimen organizado o 34 de partidos políticos en 2015”, señala el análisis de la SIP.

De acuerdo con registros de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), desde 2000 hasta el 31 de enero de 2016 han ocurrido 109 homicidios de periodistas, 20 han desaparecido desde 2005 y se han registrado 48 atentados contra medios desde 2006. En ese lapso, entre agresiones físicas, detenciones arbitrarias y amenazas, 165 fueron perpetradas por funcionarios estatales, municipales y, en menor medida, federales.

“A nivel internacional el gobierno presume de sus instancias para combatir las agresiones a periodistas, la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (Feadle), de la Procuraduría General de la República. Sin embargo, esta entidad no arrojó resultados positivos en seis años”, destaca.

Hasta ahí la transcripción del discuros, y la realidad que impera hoy, es que se ha recrudecido la violencia contra los trabajadores de los medios de comunicación, quienes cada vez les resulta más complicado encontrar un espacio laboral, o en otros casos, un espacio sin paga en donde puedan difundir de manera libre sus ideas, y el dato de “cuatro muertos del último recuento”, debe ser ya un foco rojo que deba poner a trabajar a nuestros legisladores, pero eso no sucede, pues al parecer es más importante silenciar la voz de los periodistas con la “Ley Mordaza”, que coadyuvar a través de iniciativas, que garanticen la integridad en todos los sentidos de los trabajadores del gremio periodístico.

Y aunque en Colima no se han registrado muertes, si se tienen datos de otros tipos de agresión o abusos, que han tenido que enfrentar algunos columnistas o reporteros, por no ajustarse a ciertas pautas, o por no pertenecer al club de la complicidad. Y es en nuestro estado, en donde se está gestando un nuevo tipo de violencia a los medios: LA ECONÓMICA, que más que ser parte de un Plan de Austeridad, es por mucho, la antesala del homicidio doloso-periodístico, más grande del que se tenga registro.

Y es que me queda claro que el gobierno en cualquiera de sus tres niveles, no tiene la obligación de “mantener a los periodistas” pero se ha olvidado de algo muy importante, es un derecho de la ciudadanía estar informado de manera oportuna, tener al alcance los análisis que puedan generar el interés para adentrarse en temas relacionados con la política y la economía, la seguridad y la educación, la ecología y la cultura. Todo eso y más, salen todos los días a buscar los periodistas, y no concibo la idea de una sociedad desinformada, pues dejará constancia de una clara reversa, en donde el paralelismo con el Porfiriato, nos mantendrá sometidos a un régimen autoritario y al mismo tiempo, permitirá que sobrevivan uno o dos medios, y siempre serán los que resulten más convenientes a la clase política. ¿Morirá el cuarto poder o resurgirá con más fuerza?

Al tiempo.