*Suplicas, pago de mandas y gratitud hacia la Morenita del Tepeyac invaden a los feligreses
Ciudad de México. A menudo se observa a miles de peregrinos plagados de devoción a la Virgen de Guadalupe, en la Basílica lo mismo conviven danzantes de música prehispánica que personas de todas partes del país y del mundo, interpretando cantos religiosos.
En las inmediaciones de la basílica se encuentra la romería de los vendedores ambulantes, donde lo mismo se expenden alimentos que figuras de la virgen, rosarios, collares, pulseras y hasta pequeños escenarios donde las personas pueden tomarse una foto para recordar su visita al templo mariano.
Las súplicas son las mismas: encontrar o conservar el trabajo, peticiones para salir "bien librados" de una operación o componerse de una enfermedad de años, o bien rogar por la salud de un familiar que se fue o está en los Estados Unidos "como mojado".
No se pueden dejar de pagar las mandas, es decir hacer una visita al templo y, en algunos casos, atravesar el atrio de rodillas, por lo que los servicios de salud invitan a los peregrinos que se hayan lastimado a acudir a revisarse.
En términos generales y a groso modo, una gran fiesta de devoción a la Virgen de Guadalupe es la que se observa a diario en la Basílica de Guadalupe, venerando a la también conocida como la Morenita del Tepeyac.
Mención especial merece el operativo de seguridad que existe tanto al exterior como al interior de la Basílica de Guadalupe para evitar verse sorprendidos por los amantes de lo ajeno. Un buen despliegue se ve en el recinto religioso, elementos policiacos en las inmediaciones y oficiales de Seguridad Privada se encargan de vigilancia permanente.
Indudablemente, en estar en la Basílica de Guadalupe visitando a la Morenita del Tepeyac es una experiencia inolvidable que se guarda por siempre en las memorias y más aún las muestras de gratitud.
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