GANÓ COLIMA
Luego de los resultados que como adelanto ayer por la noche conocimos departe de la autoridad electoral, coincidentes con las encuestadoras serias y de prestigio nacional, hoy la mayoría de los colimenses despertaron con un nuevo aliento de esperanza, de fuerza renovada frente a un futuro de certezas como ofreció el virtual ganador de esta elección extraordinaria, el economista José Ignacio Peralta. Proceso que hay que decirlo, no quedó exento de las eventualidades e incidencias que esta vez, sin ser imputables a la instancia organizadora, volvieron a ocurrir y que fueron desde las falsas alarmas hasta los golpes, pasando por los inadmisibles abusos de algunas autoridades municipales como Villa de Álvarez y Coquimatlán, sin olvidar las amenazas con los infaltables gritos y manotazos entre simpatizantes de uno u otro, hasta el presunto herido con arma de fuego.
A este tiempo el trayecto ha sido largo y penoso, desgastante y agresivo para todos y más si recapitulamos que tuvo su génesis hace un año, cuando los diferentes partidos políticos fueron definiendo a sus respectivos candidatos, luego vino la precampaña seguida por la campaña hasta llegar a la elección del 7 de junio, la que después de un periodo de incertidumbre devino en la absurda y la hasta hoy inexplicable anulación por parte del TEPJF, determinación en la que hubo delitos electorales consumados pero que no tiene culpables, no, al final los presuntos responsables, ante la inconsistencia de las pruebas, fueron provisionalmente exculpados por el órgano sancionador, la FEPADE, no obstante la elección sí fue anulada y sometidos por la impunidad se obligó a los colimenses a enfrentar otras elecciones extraordinarias, las cuartas en el último medio siglo: 1973, 2003, 2005 y ésta, la de ayer, en la que el candidato de la coalición PRI-PNAL-PVEM-PT, José Ignacio Peralta, es el virtual ganador con una diferencia de entre cinco y diez puntos de ventaja sobre su inmediato adversario, según las diferentes casas demoscópicas, cifra que avizora un resultado inobjetable.
Con la jornada de ayer esperemos queden atrás el cinismo, los infundios, las diatribas, las mentiras, las calumnias y demás bajezas propias de lo más deplorable de la condición humana, esas que lejos, muy lejos y como una muy mala experiencia los colimenses deben marginar para que no vuelva a ocurrir, para evitar que como un mal sueño se repita, impidiendo que individuos inmorales y de la más baja ralea, ambiciosos, sin principios ni limites participen en estos procesos que por su condición y naturaleza deben ser y así lo debemos privilegiar, un modelo de civilidad, respeto, tolerancia y de participación democrática, donde quienes se involucren sean personas solventes, reputadas, de prestigio y calidad moral, gente de bien que por su calidad busque beneficiar a Colima.
Bien por Colima, bien porque con altura de miras y a tiempo la mayoría supo hacer oídos sordos al llamado del canto de las sirenas dando la espalda a la ruindad, a la marrullería, a la trampa, al dolo, al terror y al encono social que por sus antecedentes y como lo estábamos viendo, sería alimentado por quienes a partir de este lunes, incapaces de construir, tendrán que hacerse a un lado para que nuestra Entidad, con el necesario y real equilibrio político entre poderes, empiece a reconstruirse, retome el paso lamentablemente extraviado hace seis años y se perfile, ahora sí, hacia el progreso, mayor desarrollo y crecimiento postergado que merece y que como nativos de esta tierra con toda justicia demandamos.
Confirmados en los siguientes días como seguramente serán los resultados preliminares que de manera irreversible favorecen al candidato de la coalición, queda a este la otra parte nada fácil, la de ejercer su mando, y con este, para empezar, será atender las implicaciones que conlleva la definición de su gabinete, mismo en la que a diferencia de otros, llega sin compromisos, el resultado electoral Nacho no se lo debe a nadie más que a su equipo de campaña, a sus decisiones, a sus aciertos y a él mismo, por lo que con la legitimidad que le dieron las urnas podrá decidir sin permitir imposiciones más que las que su conciencia indique y erigirse, él sí, como el único responsable de lo que resulte de una administración que para bien está llamada a ser el parteaguas histórico, político y partidista del Estado de Colima. De él, de José Ignacio dependerá y de nadie más, la esperanza fue por él y no habrá otra oportunidad. Es tiempo de reconstruir.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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