Coahuayana, Mich. Una gira de trabajo insatisfactoria que no cumplió las expectativas de la gente, fue la que realizó el gobernador Silvano Aureoles Conejo para supuestamente conocer y apoyar en las afectaciones en el municipio dejadas por el huracán Patricia.
El mandatario estatal arribó al aeropuerto de El Ranchito a las 2 de la tarde, donde tras los saludos de rigor, él y su comitiva más los alcaldes de Coahuayana y Chinicuila, se subieron a los vehículos preparados con los que conformaron un convoy que a toda velocidad se metió a la brecha de El Zapotal en medio de cultivos de plátanos derribados, para luego, sin detenerse, llegar al pueblo de El Ticuiz.
En esta localidad coahuayanense Silvano Aureoles entró a la casa de una familia damnificada que perdió parte del techo de la vivienda, y ahí simbólicamente entregó unas láminas, cobijas y una despensa, para luego intentar retirarse, empero la gente del pueblo lo rodeó y lo obligó a que escuchara sus peticiones de ayuda para remediar los daños, comprometiéndose el gobernador a mandar gente de diversas dependencias estatales para valorar las afectaciones y determinar como apoyarlos.
Enseguida abordó su vehículo y otra vez a toda velocidad, se dirigió a Boca de Apiza, donde realizó un recorrido viendo las afectaciones en las ramadas, y después, a las 3 y media de la tarde, se sentó a comer mariscos en lo que quedó de la ramada de Conchita.
Ahí, a petición de los medios de comunicación que le acompañaban, dio unas declaraciones en las que dijo que afortunadamente los daños son menores a los que se decía, y culpó a los medios de comunicación de exagerar. También, a pregunta expresa hecha por este corresponsal, negó que los albergues no hubieran estado listos y afirmó que todas las dependencias de su gobierno desde antes y a la hora de la emergencia estuvieron atendiendo a los más de 300 damnificados albergados.
Además, dijo que su gobierno promoverá el empleo temporal para ayudar a las familias que se vieron afectadas, para que se ayuden mientras se normaliza la situación.
Después, a las 4 de la tarde con 40 minutos, se levantó de la mesa y salió de la ramada Conchita, para en la calle entregar algunas colchonetas y agua purificada donada por Liconsa quien la embolsó en bolsa de leche, para luego, de nuevo a toda velocidad, irse al crucero a Coahuayana de la carretera federal, donde las fuerzas policiales ya tenían bloqueado el paso.
Ahí, debajo de un árbol, el gobernador Silvano Aureoles platicó con los plataneros que le expresaron su situación y demandaron apoyo, recibiendo en respuesta que la Sagarpa y la Sedrua se coordinarán para revisar las afectaciones y ver la manera de apoyarlos.
Para la partida del mandatario estatal, en un acto de gran prepotencia, mantuvieron cerrada la carretera federal México 200, la costera de Michoacán, por aproximadamente media hora, para que bajaran ahí los helicópteros en los que viajaban Silvano Aureoles y su séquito, los que partieron de Coahuayana un poco después de las cinco de la tarde, yéndose a Morelia, dejando plantados al presidente municipal de Aquila y a los aquilenses afectados que los esperaban en ese municipio.
En Coahuayana, en la Presidencia Municipal y en varios pueblos y barrios numerosos coahuayanenses se quedaron esperando al gobernador, mismo que dejó la impresión de que solo vino al municipio para tomarse la foto y cumplir con el requisito de decir que si atendió a los damnificados por el huracán Patricia.
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