CARTA DE UN PADRE DE FAMILIA A LOS MAESTROS
Querido Maestro:
Antes que nada quiero agradecer el invaluable apoyo que tu profesión me brinda, al ser parte de un porcentaje importante de la educación de mis hij@s. Entiendo tu preocupación por el aseguramiento del sustento de tu familia, como cualquiera de nosotros lo hacemos, y nos sumamos a ello. Pero quiero manifestarte que estoy en total desacuerdo en que hayas realizado paro de labores este 24 de agosto, pues las afecciones no fueron para el gobierno que encabeza Enrique Peña Nieto, ni a sus reformas; sino a miles de familias que hicieron un gasto infructuoso al asistir al plantel donde sus hijos recibirían en su primer día de clases, sus enseñanzas educativas –morales e intelectuales-, y lo que recibieron fue un descontento y grotesco rechazo al ingreso al plantel que tuvo un impacto psicológico negativo en los educandos, sobre todo los de primer ingreso.
El ejemplo educa más que las palabras, reza el viejo y conocido refrán; y con el tuyo les estás enseñando a los jóvenes a actuar sin sabiduría, a la anteposición de la rebeldía, a la cerrazón a los acuerdos, a que la fuerza se impone al diálogo. Estoy en desacuerdo a su paro, porque soy de los que piensan que los maestros son las luces de la República; y en su actuar denostan este pensamiento. Les han vendido la idea equivocada, como todas las que han generado incluso movimientos bélicos en nuestro país, por la salvaguarda de los intereses de unos cuántos.
Maestro, demuestra tu inteligencia no imponiéndote a una imposición –aunque parezca una batología-, pues es la apreciación de quienes estamos cerca de tu aula. Somos más de 35 mil familias afectadas que podemos convertirnos en aliados de ustedes, pero que con estas actitudes, nos alejan de cualquier fino propósito de apoyarlos.
Soy consciente de que no todos los maestros están involucrados, si acaso unos cuantos que están en las listas del FAEB y que son los que se reparten particularmente en Colima, 10 millones de pesos entre 100 maestros, por cierto con hasta 9 comisiones, cobrando una buena nómina.
Y hay que decir, que La Reforma Educativa ha hecho que estos comisionados regresen a sus aulas, pero sin duda, han afectado a otros que suplieron durante un muy buen tiempo esas ausencias. Los que apreciamos desde afuera, entendemos la lucha de quienes han cubierto las plazas de estos potentados de la educación, en cuanto a exigir que se les conserve su sitio donde han puesto su esfuerzo y dedicación, y a los “Comisionados”, con el goce de los exorbitantes sueldos que percibían, se supone que ya tienen una buena “roncha” para retirarse del magisterio y buscar en otro sitio el sustento.
Pero sepa usted amable lector, que 1 mil 680 docentes y personal de apoyo en 155 planteles educativos de la entidad son los que dejaron de laborar. A una persona común y corriente, no solo le descuentan el sueldo del día incumplido, sino que también se le hace un memorándum, apercibiéndole de las consecuencias en caso de que esa actitud sea reiterativa, pudiendo llegar al cese. La pregunta es a las autoridades educativas: ¿Eso sucederá con los maestros? …Parece que sí.
Esta es la manera querido conciudadano, en que se ha extendido el pleito de Elba Esther Gordillo con el presidente de la República, que sigue reclamando cotos de poder, concertacesiones sindicales y la continuidad de usufructos económicos de élites magisteriales, aún desde donde se encuentra; y la muestra eficaz se vió en la poca participación del Partido Nueva Alianza en los pasados comicios electorales.
Me pongo de pie ante todos los docentes que exigieron sus derechos trabajando en sus aulas, recibiendo a sus alumnos, y cumpliendo el objetivo para lo que se prepararon durante años: Educar.
Por los demás queridos mentores, pedirles que no les enseñen a los alumnos actitudes que después estemos lamentando; porque seguramente después de este paro si no se resuelven su peticiones seguirá otro; y muy probablemente con mayor intensidad pudiendo llegar hasta la barbarie como en otros estados.
Para concluir cito el Artículo 6° del código de ética del Maestro publicado por la Secretaría de Educación: El profesionista debe responder individualmente por sus actos, que con motivo del ejercicio profesional dañen o perjudiquen a terceros o al patrimonio cultural. No sin antes también enaltecer algunos de los valores en torno a la figura del maestro ideal: Mesurado, paciente, inteligente, conciliador, idealista, progresista. Y recordar que: La fuerza de la docencia no radica en los mismos maestros, sino en la gente que los apoya: los padres de familia y los alumnos.
Gracias por leerme Maestro, es cuánto. Pero por hoy el espacio se termina y como dijo Don Chuyaco…¡Adió!.
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