LECTURAS

NOE GUERRA PIMENTEL | Opinión | 01/02/2015

NADA PERSONAL

Finalmente y luego de corridos más de seis meses y medio contados desde que fueron presentados las y los presuntos diez, ya se dio a conocer, la noche del viernes 30 de enero pasado, quién será el candidato del PRI a la gubernatura del Estado de Colima, hecho por sí histórico que ubica a los colimenses en la antesala de una elección que de hacer lo que se debe quienes tienen la obligación de hacerlo, será de mero trámite, lo afirmo categórico ante la nula presencia de una figura que si se hubieran puesto de acuerdo bien pudo haber ofertado la autodenominada oposición en Colima.

Así las cosas y fiel a su tradición el PRI asume la designación de quién en el futuro inmediato, pasada la elección del próximo 7 de junio, abanderará las causas de esta Entidad federativa, distinción que recayó en José Ignacio Peralta, un joven político a quien le reconozco, porque personalmente lo he tratado, preparación, experiencia y relaciones políticas, claridad de ideas y capacidad de trabajo. De tal forma que me atrevo a asegurar que Nacho Peralta tiene lo necesario y con todo a su favor no tendrá excusa para no realizar una buena gestión de gobierno.

No obstante como lo apunto líneas atrás y aunque estoy seguro que él lo sabe, es pertinente que como primer paso el hasta hace unos días subsecretario en el gobierno federal se aplique al menos en dos tareas, una, quizá la inmediata, deberá ser la de trabajar en la unificación de fuerzas en torno suyo, lo que es imprescindible hacerlo evidente operando sin lastres de ningún tipo, tendiendo lazos, construyendo puentes, incluyendo y, sobre todo, lejano a cualquier otro interés que no sea el de aglutinar voluntades para robustecer su candidatura, misma que no lo debe olvidar, surge luego de un proceso que efectivamente se polarizó y que él, como propuesto, es quien debe enfrentar el desgaste, lo que a la postre, si no se atiende en tiempo y forma pudiera ser decisivo y contra su causa.

La otra acción será que en la brevedad, de ser posible antes de asumir la titularidad del ejecutivo, empiece a desvincularse de quienes desde hoy, como desde antes y no hay por qué dudar que después lo intentarán, ya empiezan a lucrar con su posición, José Ignacio deberá tener la capacidad, si pretende hacer un buen papel y trascender realmente en su función, de apartar de sí a los agentes nocivos que estarán al acecho para sacar ventaja, seguramente ilegítima, de la condición de él como ungido aspirante a la máxima responsabilidad estatal, lo que no es cosa menor si desea pasar a la historia, primero como el mejor candidato y luego como el gobernante que con hechos tangibles supo demostrar a quienes le dieron su confianza que con él no se equivocaron.

José Ignacio es un joven inteligente con mucho futuro por delante, con mucho por hacer no solo por Colima, donde nuevamente se le da otra gran oportunidad, la más importante, lo que en mi opinión no debe desaprovechar ya que como seguramente él lo sabe, conoce y entiende, porque lo ha vivido, que en el contexto nacional y de manera histórica existe un verdadero rechazo a la clase política y que ante tal circunstancia ya no caben ni se aceptan actitudes triunfalistas ni oficiosas, como tampoco las simulaciones o los actos demagógicos, vengan de él o de su equipo, y que la sociedad colimense ya reclama, demanda y exige, que analiza, deplora y actúa, que señala, enjuicia y condena, que ya creció. Que los politizados colimenses, sobre todo muchos de los jóvenes que definirán la elección del domingo siete de junio, están y estarán muy por encima de cualquier intento que desde ahora pretenda influir, mintiendo o chantajeando, y que en el caso de un eventual mal desempeño o antes, con una señal equívoca, los de Colima ya no se quedarán ni estáticos ni callados.

Bien por José Ignacio Peralta a quien sinceramente le deseo éxito en esta gran y difícil empresa que ha iniciado, no sin reiterarle mi desinteresada estima, pleno respeto a su persona y confianza a su eventual desempeño público, mismo sobre el que no debe quedar duda, seguiré atento y presto a coadyuvar con mi opinión y acciones, aportando como siempre con mi modesta capacidad y experiencia desde el espacio que me sea posible, anteponiendo el bien de la gente de esta noble tierra que es Colima y que por ser parte nuestra merece lo mejor.

RECADITO: Aunque no todo está escrito y nada es definitivo, sinceramente anhelo que lo que viene, sea lo mejor para Colima y los colimenses.