ENTRE LÍNEAS

CARLOS ÁVALOS GARCÍA | Opinión | 06/01/2015

CARTA DE UN VOCEADOR A LOS REYES MAGOS Les mando un cordial saludo queridos Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltazar. Sé que andan un poco ocupados llevando el oro, incienso y mirra al Niño Dios, pero precisamente aprovechando que van para allá, quiero que le comenten muy cerquita al oído lo que va a pedirles este humilde voceador de periódico.

Primero que me disculpe el Niño Jesús porque no fui a misa de Gallo, pues los directivos del periódico decidieron que había que entregar periódico el 25 y pues tuvimos que dormirnos temprano, así que ni chance hubo de desvelarnos, y pues otras pequeñas cositas que si nos mucha molestia nos ayude en este 2015 con sus bendiciones.

Fíjate Melchor que me he puesto a pensar que tú y yo nos identificamos mucho, y entiendo lo duro que has de sentir la silla en tan larga travesía, pues a diario me la aviento igualito que tú en mi caballo de acero, la única diferencia es que tú vas una vez al año, y yo todo el año. Te recomiendo el talco Mennen es bueno para los ardores del final del día, y cuando no haya varo pál talquito, pues la maicenita sale más barata.

Imagínate a mis pobres compañeros, que como pastorcitos van cargando los periódicos unos en la cabeza y otros en la mochila, pero que se avientan la jornada a pie. Y todavía la gente les pregunta: ¿Porqué hasta ahorita?... ayúdanos Melchor a que el niñito nos haga el milagro de hacer entender a la gente que enfrentamos muchas adversidades para poner el periódico en sus manos.

Y es que ellos no saben, que algunos días los editores están esperando una nota del gobernador pagada, o una foto de un evento que le importa al señor que todos sepan que fue a esa fiesta y que debe salir publicada, y que se retrasa la edición, y por lógica, que el señor impresor está renegando porque no le mandan las láminas para imprimir.

Que curiosamente ese día o cualquier otro, no fue a trabajar el señor que encarta, o que despidieron a dos por ahorrarse una lana en los aguinaldos, o que al contador se le olvidó echarle gasolina a la camioneta y el chofer no traía dinero para ponerle, y eso en el mejor de los casos, porque hay días que el impresor llega tarde, y justamente cuando eso sucede, no tiene batería la camioneta que nos trae el periódico al punto de donde salimos los voceadores.

No te imaginas Gaspar lo que se siente cuando el periódico llega a las 9 de la mañana, y tienes que salir volando a repartir, y más los de infantería, a huarache limpio, traen la lengua de corbata, o como en mi caso, que justo uno de esos días se me descompuso la moto…¡uf!...no sabes como envidié a tu camello con sus jorobas de agua. Ese día quedé como Baltazar, negro de la asoleada.

Y días que quisiera tener un elefante, para poder subir todo el periodical, cuando no viene alguno de los compañeros, o a veces dos juntos fallan porque anduvieron en la farra, y pos como uno es el “jefe”, nos toca entrarle a la repartida de las rutas abandonadas y también vuelven a preguntar con su vocecita con tono de mentada de madre quedita: ¿porqué hasta ahorita?...

Para colmo tocayo (le estoy hablando al negro de Baltazar, tengo el mismo color que él ya, cuando empecé a chambear en el periódico era rubio, ojo azul y perfil griego) quiero que sepas que entiendo tus travesías por el desierto, las tolvaneras y el polvadero, en Manzanillo no hay desierto para el terregal si lo tenemos, nomás date una vueltecita por el crucero de mina, o por la calle ballena en Fondeport, y verás lo que te digo, y si piensas que por ahí hay pura tierra, te equivocas, cuando llueve también hay lodo.

CONTINÚA…