ALCALDES
Sensibilidad social, congruencia personal, honestidad, honradez, diligencia, compromiso, responsabilidad, vocación de servicio, preparación, visión, capacidad de trabajo y gestión, liderazgo; son los elementos, valores o condiciones que con un sí o un no se resume el desempeño político y la imagen pública que permiten a un individuo, funcionario, representante popular o servidor público, se acredite como bueno o malo en la administración gubernamental del ámbito y nivel que sea. Queda claro que en dicha tarea nadie se inventa y menos se improvisa, nadie es por generación espontánea, siempre se requerirá un antecedente formativo real, aunque en la mayoría de los casos no sucede así y se insista en lo contrario, los ejemplos, deplorables en su mayoría, sobran.
Cualidades que aunque se dude sí percibe y aprecia la gente, los gobernados y con las que evalúan a sus políticos, principalmente a quienes tiene más al alcance, como los presidentes municipales, quienes a últimas fechas y principalmente por los actos reprobables, excesos y contradicciones de algunos, la mayoría de ellos, como en general la llamada clase política, enfrentan una de sus peores crisis de credibilidad y aceptación social. No obstante justo es señalar que algunos, solo algunos, se salvan y en esa medida se puede afirmar que pueden aspirar a seguir creciendo en sus carreras políticas pues han resultado bien evaluados, la gente los ha reconocido como buenos gobernantes, condición que se presume a partir de un estudio demoscópico hecho por el grupo GCE y que entre el 16 y el 17 de este mes fuera publicado por varios medios nacionales y locales como Proceso, MVS y Ecos de la Costa.
Cabe aclarar que en su metodología Gabinete de Comunicación Estratégica declara que recogió la opinión de 400 ciudadanos por municipio y delegación en el Distrito Federal, quienes dieron su punto de vista sobre el desempeño de los alcaldes o jefes delegacionales respectivos. Los mandatarios se ubicaron en siete grupos, de mejor al peor calificado, de acuerdo con su desempeño laboral y las acciones llevadas a cabo en pro de su comunidad. El alcalde de Nuevo Laredo, Tamaulipas, Carlos Canturosas Villarreal fue considerado como el mejor gobernante, debido a su desempeño laboral en 2014, seguido de los presidentes municipales de Colima, Federico Rangel; Manzanillo, Virgilio Mendoza y la de Matamoros, Tamaulipas, Leticia Salazar; según reveló la encuesta (IDEAL) Índice de Satisfacción del Desempeño de Alcaldes.
El estudio realizado por Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), detalla la percepción que tienen los ciudadanos de 53 municipios y tres conglomerados de sus alcaldes, así como de los 16 jefes delegacionales en la capital. En la segunda posición se ubicaron los presidentes municipales de Mérida, Querétaro, Ciudad Obregón, y los de la Zona Metropolitana de Monterrey y el de Aguascalientes.
De acuerdo con la opinión de sus habitantes, los gobernantes de Mazatlán, Durango, Culiacán, Hermosillo, Ciudad Victoria, Saltillo, Chihuahua y Cancún, se colocaron en el tercer sitio entre los mejores gobernantes municipales. En el cuarto escalafón quedaron los encargados de los ayuntamientos de Chetumal, Tapachula, Puebla, Reynosa, Mexicali, Gómez Palacio, Zona Metropolitana de Guadalajara y de Torreón. En el quinto grupo aparecen los gobernantes de La Paz, Tijuana, San Luis Potosí, Chimalhuacán, Ciudad Juárez, León, Zacatecas, Acapulco, Veracruz, Toluca, Morelia, Xalapa, Guanajuato, Nezahualcóyotl y Tlaxcala.
En tanto que los alcaldes de Pachuca, Tepic, los jefes delegacionales del Distrito Federal, así como el de Campeche, Tlalnepantla, Tuxtla Gutiérrez, Chilpancingo, Ciudad del Carmen, Cuernavaca, Tehuacán, Cuernavaca y Oaxaca se ubicaron en el sexto escalón. Mientras que en el último sitio, como los peores de los peores quedaron los alcaldes de Lázaro Cárdenas, Michoacán, Arquímides Oseguera; el de Villahermosa, Tabasco, Humberto de los Santos; el de Naucalpan, México, David Sánchez y el de Ecatepec, México, Pablo Bedolla, a cual más indiciados por la sociedad por sus abusos, ineptitudes e incapacidades, actos de corrupción o insensibilidad política y al menos uno de ellos con proceso judicial en ciernes.
Así que ya sabemos, quienes aspiren que hagan su autoanálisis y nosotros, los que elegimos, valoremos a quiénes, con base en su trayectoria de vida, hechos y desempeño privado y público les daremos la oportunidad y el enorme privilegio de seguir sirviéndonos desde la función pública y a los que nos hayan fallado a exigirles como se nos exige a todos en nuestros trabajos, ni más ni menos.
RECADITO: Si de aquí a entonces otra cosa no sucede, en buen plan nos saludamos hasta el siguiente año, que por cierto será electoral ¡Feliz 2015!
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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