PARACAÍDAS

ROGELIO GUEDEA | Opinión | 18/12/2014

QUINTO INFORME DE MARIO ANGUIANO

Sin bien el tema de las finanzas y la seguridad han sido los más reprochados al gobierno anguianista, estos han sido más bien usados como verduguillo tanto para amagar a la actual administración con fines políticos e intereses de grupo (el mayor vocero de esto ha sido el periódico Diario de Colima desde la muerte de Silverio Cavazos, acusado de rapaz) como también para ensombrecer logros irrebatibles, como los obtenidos a nivel nacional y, sobre todo, internacional. En cualquiera de los casos, Colima no es (en finanzas) lo que ha sido el Coahuila de Humberto Moreira o el Tabasco de Andrés Granier, por mencionar sólo dos casos que se convirtieron en un escándalo nacional, ni tampoco es (en seguridad) ni Michoacán ni mucho menos Guerrero, por aludir otros dos casos inevitables. Es normal que intereses políticos no afines al gobierno de Anguiano Moreno quieran agigantar fallas de la administración actual o incluso inventarlas, pero la realidad dura que nos brindan los hechos cotidianos pone las cosas en su justo lugar. México como país está en general mal, y no de ayer o antes de ayer, sino desde hace mucho tiempo, así que todos los estados no salen ilesos de esto, pero obviamente hay unos estados que están mucho mejor que otros y ese, podría yo debatirlo con quien sea, es el caso de Colima. ¿El gobernador Mario Anguiano debe seguir trabajando en los talones de Aquiles de su administración, como son finanzas y seguridad? Sin duda, pero también debe continuar los esfuerzos en educación y, sobre todo, en un aspecto crucial que los englobaría a todos y los apuntalaría hacia el porvenir: la elección interna de su partido, pues del candidato que se elija dependerá el futuro de nuestro estado. Ni más ni menos. Colima no quiere más cacicazgos. Quiere a un gobernante sensible, identificado con el pueblo y que ponga todo su énfasis en la educación, porque la educación fortalece nuestra conciencia ética y es esta conciencia etica la que crea civilizaciones sanas y prosperas, justas y pacíficas. Esta es la gran encomienda que tendrá realmente el gobernador Mario Anguiano para las próximas semanas y, luego, para el primer semestre del próximo año, antes de las elecciones de junio. El gobernador Mario Anguiano no la tiene fácil, pero tampoco imposible: o deja a Colima en manos de los tiranos del “Otro PRI” o lo hace continuar por el camino de la democracia. Sobra decir que tendrá apoyo irrestricto por parte de aquellos que siempre hemos creído en lo segundo.