CONCIERTO POLÍTICO

BIBIANO MORENO MONTES DE OCA | Opinión | 13/11/2014

PROFECO Y SEGOB. Cuando la abogada María Isabel Espinosa Martínez llegó en el arranque del sexenio de Peña Nieto como nueva delegada de la Profeco en Colima, se suponía que ya había pasado por el tamiz del cedazo de su filiación política. No fue así: la mujer era de corazón azul y, por tanto, actuó en consonancia con su ideología de derecha durante todo el tiempo que permaneció en el cargo.

No es que sea obligatorio, pero así son los usos y costumbres de la política mexicana: las delegaciones federales son para los que pertenecen al partido vencedor. Así ocurrió durante el largo reinado del viejo PRI, lo mismo que durante la decena trágica blanquiazul. Con el regreso del nuevo PRI (ajá), obvio, la dinámica fue la misma: las delegaciones federales fueron a dar a las manos de los priístas. Y si, de paso, los beneficiarios resultaban ser gentes con capacidad, mucho mejor.

Al llegar Peña Nieto al poder, en cuanto inició el 2013 comenzaron a darse los cambios en las delegaciones federales como mazorca que se desgrana. El ritual se cumplió en Colima casi en su totalidad, pues por ahí quedaron algunas dependencias sin cambio de estafeta. Bueno, esa es otra historia. El caso es que a la delegación de la Profeco le fue tan mal que la que fue enviada a nuestra entidad resultó ser más panista que Manuel Gómez Morín.

La ex delegada de la Profeco en Colima había adquirido fama de ser una funcionaria exprés, dado que no duraba mucho en los cargos a los que la asignaban sus superiores. Está claro que ello fue por su carácter conflictivo, si bien en nuestra entidad alcanzó a romper record de permanencia. Pero es obvio que eso sólo pudo lograrlo por la complicidad que logró con algunos de los empleados de la delegación, ellos también de filiación blanquiazul.

Al ser de extracción panista, la ex delegada de la Profeco en Colima se entendió de maravillas con algunos panistas que hasta la fecha permanecen en la dependencia sin hacer absolutamente nada, salvo cobrar sus quincenas religiosamente. O sea: no sólo son panuchos –son como una media docena— en una administración federal priísta, sino que, encima, actúan con la impunidad del que cree merecerlo todo.

La designación del nuevo delegado de la Profeco en Colima, Francisco Guel Macías, quien fue presentado la mañana de este miércoles 12 de noviembre ante el personal de la dependencia federal, podría resultar positiva si el funcionario echa a patadas a los güevones panistas que sólo estiran la mano para recibir su quincena, además de echar a andar algunas direcciones que se encuentran paradas por la negligencia mostrada por la ex delegada.

CONTINÚA…