
EL SINDROME DE NACHITO. El comportamiento del flamante subsecretario de la SCT, José Ignacio Nachito Peralta Sánchez, ha sido errático desde que se sintió con los tamaños suficientes para ser considerado precandidato del PRI a gobernador del estado. Al final, caí en la cuenta que el sobrino predilecto de La jaula de las locas es, en realidad, víctima de un síndrome.
Por supuesto, hay de síndromes a síndromes. Me voy a referir primero a uno que no es muy conocido y que me parece de capital importancia para contextualizarlo: el síndrome de Stendhal. Se trata de una alteración psíquica muy habitual entre los turistas que visitan Europa; en especial, Italia. Recibe su nombre por el escritor francés del siglo XIX que, después de pasar un día entero visitando las maravillas de la ciudad de Florencia, comenzó a sufrir palpitaciones, vértigo, desmayos e incluso alucinaciones. Según se pudo constatar más tarde, la causa que provocó lo que se conoce ahora como el síndrome de Stendhal fue “una sobredosis de belleza”, dice el autor de la novela La dama azul, el español Javier Sierra, quien concluye así: “¡No todos aguantan ese exceso de historia y arte que desprenden las calles italianas!”
Debo agregar a este respecto que el maestrazo Darío Argento filmó una cinta que se llama precisamente El síndrome de Stendhal, donde emplea bellísimas imágenes para transmitir esa sensación que provoca ese malestar psíquico en el personaje que interpreta su hija Asia Argento, donde obviamente le imprime su sello inigualable. Esta película del gran director italiano es muy difícil de conseguir, pero en YouTube se puede admirar un video sobre la misma.
Vuelvo a nuestra realidad. Al pirruris de Nachito Peralta, víctima del síndrome que lleva su nombre, se le puede atribuir una mezcla de exceso de lambisconería, una actitud titubeante, lo detestable de la mayoría de sus seguidores y su desesperada acción de aferrarse a ser el beneficiario del antidemocrático, verticalista y obsoleto dedazo presidencial, que también lo han dejado como a Stendhal: para el arrastre.
No obstante, se ha logrado saber que el 8 de noviembre será recortada la lista de los precandidatos del PRI a la gubernatura del estado, a fin de que quede en tres nombres, de los diez originales, en el siguiente orden: Federico Rangel Lozano, Mely Romero Celis y Nachito Peralta. Lo que hace más evidente los síntomas del síndrome es que Nachito Peralta se sumaría a la senadora oriunda del municipio de Cuauhtémoc.
La reacción de Nachito Peralta sería por una razón muy elemental: para llevarle la contraria al gobernador del estado, Mario Anguiano Moreno, que supone que es el alcalde capitalino su precandidato. El avance de la rara enfermedad de la que es víctima el yuppie de la SCT es evidente: cree a pie juntillas que Federico Rangel es el candidato del gobernador, cuando eso le corresponde –eso habría que confirmarlo primero— al titular de la Sefome, el cardenal Juan Sandoval Rafael Gutiérrez Villalobos.
Por supuesto, el funcionario de la federación no entiende nada: así como él mismo se ha declarado un servil empleado del presidente Peña Nieto, así también va a tener que alinearse ante las indicaciones que se le den desde las alturas. Nada de que se iría con la senadora Mely Romero sólo para llevarle la contraria al gobernador, pues Federico Rangel es el candidato con mayor aceptación. ¿Por qué armar un numerito donde no lo hay?
El candidato del PRI será el alcalde capitalino, al cual se le sumará la senadora Mely Romero sin mayores trámites, pues ella está muy consciente de que le falta más tiempo y experiencia. A Nachito Peralta, en cambio, le van a tener que explicar cómo son las cosas sus cuates de la Secretaría de Hacienda y de Los Pinos, lugares donde no existen varitas mágicas para nombrar de la nada candidatos sin arraigo y sin gente, salvo los paleros que se consiguen en cualquier casino ganadero o en algún palenque.
Una decisión diferente no le asegura al PRI la continuidad en el gobierno estatal. Eso lo sabe cualquiera con dos dedos de frente, no así el subsecretario, al que van a tener que obligar a digerirla completita desde el centro del país. Al final de cuentas, debe entenderse que el funcionario federal es víctima inaugural del denominado síndrome de Nachito Peralta.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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