TITO SIN SU CAPOTITO. Hace años escuchaba una rima infantil que siempre me resultó graciosa: “Tito, Tito, con su capotito. / Sube al cielo y pega un grito”. Hoy, sin embargo, hay otro Tito, de nombre Héctor Vázquez Montes, quien cobra como presidente municipal de Tecomán, que pegó un grito desgarrador para quejarse de todo y lanzar una velada amenaza de chantaje político al gobierno estatal.
El alcalde Tito Vázquez se vino a la capital del estado para emitir lo que fue un grito estentóreo. No lo hizo en el municipio de Tecomán, donde nadie se lo hubiera creído, sino en la ciudad de Colima y ante la gente indicada. En efecto, en una reunión sostenida con representantes de algunos medios de comunicación, el presidente municipal tecomense vino a que se escucharan sus ayes de dolor.
El columnista Abel González Sánchez fue el conducto que sirvió para manifestar el malestar que siente Tito Vázquez. El analista político, en su papel de mensajero, lo hizo bien. No obstante, es conveniente darle puntual respuesta al quejumbroso presidente municipal de Tecomán, quien no se molestó en hacer un necesario ejercicio de autocrítica en su paso por la mediocre administración que encabeza desde hace dos años.
La principal queja de Tito Vázquez es que no hay ningún apoyo a su administración por parte del gobierno del estado y del CDE del PRI. Por supuesto, nunca explica de qué forma no llega ese ansiado respaldo. A renglón seguido, el buen Tito Vázquez finge demencia en los temas en los que se le ha dado el espaldarazo de los niveles federal y estatal; por ejemplo, la Cruzada contra el Hambre que incluyó de manera sobresaliente al municipio que en mala hora hoy preside el hermano de Gustavo Vázquez, así como la vigilancia en la frontera caliente con el vecino estado de Michoacán.
No es mi intención hacer un recuento del rosario de calamidades por las que Tito Vázquez responsabiliza al gobierno del estado y al CDE del PRI; pero me detengo en la queja que hace a nombre de varios de sus hermanos, a los que supuestamente se les dejó descobijados después de terminada la administración que encabezó el mazorquero Silverio Cavazos Ceballos.
En primer lugar, al contrario de Silverio Cavazos, el actual gobernador del estado no le debía nada a la familia de Gustavo Vázquez. El tecomense Silverio Cavazos sí les dio todo lo que le pidieron los hermanos de Gustavo Vázquez, porque su campaña la hizo prácticamente sobre el ataúd del muerto. De hecho, los familiares disfrutaron de las mieles del poder con Silverio, no con Gustavo, que los mantuvo a prudente distancia.
El gobernador Mario Anguiano Moreno no le debía nada a los hermanos de Gustavo, pero de todos modos fue generoso con ellos: Tito Vázquez fue candidato a alcalde de Tecomán, el cabeza de títere Hugo Vázquez fue candidato a diputado local por el primer distrito electoral y Perla Vázquez se quedó con un buen cargo en la Secretaría de Educación.
El caso del cabeza de títere Hugo Vázquez es bastante peculiar: se le ofreció ser presidente municipal interino de Colima, cuando dejó el cargo Nachito Peralta Sánchez, pero se amachó en ser candidato a diputado local de un distrito que siempre se ha identificado más con el PAN. Que no se llame sorprendido el buen hombre: su popularidad nunca fue su fuerte. Pese a todo, no se puede quejar: algunas veces se le vio apostando y perdiendo hasta 60 mil pesos en un casino de Guadalajara, en sus tiempos de titular de las finanzas estatales.
En cuanto al tema electoral, Tecomán es un caso perdido. Nada nuevo dice Tito Vázquez cuando hace notar que el PRI puede perder en las elecciones del próximo año; pero no aclara el alcalde tecomense que las altas posibilidades de derrota tricolor serían por su desastroso papel al frente de un municipio que le quedó muy grande; tanto así, que desde hace tiempo dejó de considerarse a sí mismo precandidato a gobernador del estado.
El repetumbe de Tito Vázquez se resume a lo siguiente: el gobierno estatal le debe dar todo su respaldo y, de paso, hacerlo candidato a diputado federal por el segundo distrito electoral; de lo contrario, ahí está el chantaje velado: negociaría con el cachetón alcalde Virgilio Mendoza Amezcua. ¿Negociar qué, si ninguno de los dos ha obtenido nada aún que asegure su futuro político? De momento, ambos no pasan de ser alcaldes de sus respectivos municipios.
Al final, las quejas que Tito Vázquez vino a soltar a Colima lo único que hacen es exhibirlo en toda su magnitud, a saber: por su ineptitud, su mediocridad, su incapacidad y su falta de liderazgo político, al no poder tener control ni siquiera sobre el cuerpo edilicio tecomense que, en teoría, se supone que lo encabeza el presidente municipal en funciones. Pero es obvio que Tito Vázquez, sin su capotito, nunca funcionó.
Total de Visitas 283467296
A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
Desarrollada por HMH Sistemas
Template by OS Templates