JÓVENES APARENTES
Desde siempre he sido un declarado convencido de que en los jóvenes de cada generación, de su energía, de su visión nueva de las cosas, de su optimismo, de sus sueños y anhelos, sin distingo alguno, se impulsa el presente para el alcance de un mejor futuro. Con plena convicción así lo he formulado en los espacios públicos en los que he tenido la oportunidad de hacerlo, así, por décadas lo he acreditado orientando y encauzando el arresto e inquietudes de varios muchachos, mujeres y hombres, que serios y responsables, auténticamente comprometidos se me han acercado, igual así lo he ejercido con los míos, con mis hijos, los tres gente de bien, productiva y honesta.
No obstante me llama la atención cómo sin más argumentos que las ganas y porque algún aspirante los alentó, en tiempos preelectorales ya es común ver por aquí y por allá cómo aparecen cual hongos, siglas y más siglas anunciando las llamadas agrupaciones juveniles partidistas, dizque “adherentes” a un partido u otro que así, en los hechos, solo se socavan restando presencia a sus sectores formales con dirigentes, que no “líderes juveniles” (dudo que algunos hayan ganado una elección de jefe de acera en su colonia o de grupo, en su salón de clases), impuestos y autodenominados “presidentes”, reconocidos solo por su mamá, la novia, el padrino y el despistado que no falta.
El caso aquí es la contradictoria actitud de estos individuos que como de otro planeta absurdamente se manejan ajenos a la realidad, incluso de los suyos, incapaces de mostrar solidaridad (por ejemplo, con los estudiantes asesinados y desaparecidos y los otros que con todo derecho se manifiestan buscando mejores condiciones) y expresarse afines a la múltiple problemática que aqueja a ese sector, ahora tan vulnerado y víctima directo de la falta de oportunidades, de educación, empleo y del crimen organizado, cuando no cooptado por el mismo y sometido, sin posibilidades de ser en este México que se nos deshace sin que la gran esperanza social, los jóvenes, al menos éstos, se muestren receptivos, sensibles y congruentes el campo de las ideas con una posición definida, si no clara y contundente, sí, al menos, insinuada, pero ni eso, nada, navegando en la frivolidad y extraviados en la inercia y sinrazón de lo falso de los aparente.
Lamentable que de los pocos jóvenes que se atreven a incursionar en política, algunos lo hagan a la mala optando por la fácil de un sistema caduco que ya no da más y, peor aún, que lo hagan igual o peor que los que lo han echado a perder, corrompiendo, trepando, a la viva, simulando, nepotistas, abyectos y pusilánimes; pero eso sí, de entre esos sin capacidad y menos legítima trayectoria, intolerantes los hay quienes se atreven a etiquetar y descalificar lo que les es contrario y en muchos casos, haciéndolo cuando ni su nombre ponen sin errores ortográficos, en suma, copiando lo peor y contrarios a su condición de la que lo que menos se espera es preparación real (no de vacilada) y compromiso, identificados con lo que debieran dignificar: libertad, ideales y acción independiente.
Cuestiono esto no sin autoridad, lo aclaro, en su momento lo asumí y lo hice como representante de mis compañeros siendo preparatoriano en arte, a principios de los 80s, por elección (democrática, por cierto) me correspondió dialogar con Jaime Labastida, entonces director del INBA, quien luego de recibir el pliego petitorio, por instrucción del presidente Miguel de la Madrid a quien habíamos abordado en el Teatro Degollado de Guadalajara, le solicitamos, entre otras, instalaciones propias para los CEDART del país y nuevo plan de estudios que nos permitiera seguir estudiando sin revalidación de materias, justo es afirmar que al menos para Colima a finales de la misma década ambas exigencias se habían concretado.
Sin embargo confío en que calmadas las aguas, una vez pasada la crecida electoral en que ahora esos obtusos que cuestiono patalean buscando chambas, que como huesos luego les tiran, al fin lleguen los verdaderos jóvenes, los que viven, vibran, sienten, piensan, trabajan y actúan corresponsablemente, consecuentes para hacer valer su edad y condición más allá del oportunismo de temporada, la hueca trivialidad de lo cotidiano y lo superficial para trascender sin tener que avergonzarse de un pasado que hoy, no se nos olvide, es presente.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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