Reporteros piden alto a violencia en contra de periodistas mexicanos

GUADALUPE CAMACHO | Colima | 09/09/2014

*Repudian asesinato de tres comunicadores y agresión contra una periodista de Guanajuato

Con pancartas en mano a las afueras del Congreso del Estado, reporteros colimenses se manifestaron en repudio a los asesinatos de tres comunicadores y la agresión en contra de Karla Silva, reportera de Silao, Guanajuato, sucedidos en días pasados.

El reportero del periódico El Comentario y representante de la Federación de Asociaciones de Periodistas de México (Feparmex), Juan Ramón Negrete Jiménez, lamentó que en los últimos días se hayan registrado los homicidios de Marlene Valdez García, corresponsal del semanario La Última Palabra de Cadereyta, en el municipio de Juárez, Nuevo León; de Adrián Gaona Belmonte, de Tamaulipas, y Víctor Pérez Pérez, reportero de la revista Sucesos, de Ciudad Juárez Chihuahua.

Asimismo, Negrete Jiménez repudió la agresión hacia la reportera de El Heraldo, Karla Janeth Silva, quien fue golpeada en el rostro, justo en el edificio de su medio de comunicación, “lo cual es inconcebible”.

“En Veracruz, dispararon contra el domicilio del director del semanario Tinta Verde, Ignacio Domínguez, y en Oaxaca, intentaron quemar la casa del periodista Felipe Martínez López”.

En voz del representante de la Fepermex, los periodistas de Colima demandaron a las autoridades detener la violencia contra los comunicadores del país. “Ya basta de agredir periodistas, no podemos seguir aceptando que sigan desapareciendo compañeros, exijamos justicia para los caídos”, señaló.

Y agregó que “se ha avanzado muy poco, a pesar de que tenemos leyes para salvaguardar la integridad de los periodistas, éstas no funciona en la práctica. Y por si fuera poco, las autoridades desdeñan la posibilidad de que la causa de las agresiones sea el ejercicio de su profesión y apuntan a otras versiones, con el ánimo de no investigar el hecho”, sostuvo.

Finalmente, Negrete Jiménez también recriminó que cada vez es más común que las autoridades estatales aprueben leyes represoras, “como en Sinaloa, donde quisieron amordazar a la prensa. Afortunadamente por la presión de periodistas, el Gobierno del Estado y el Congreso se vieron en la necesidad de dar marcha atrás a esa ley, pero lamentablemente ese ejemplo incita a otros gobiernos”.