CONCIERTO POLÍTICO

BIBIANO MORENO MONTES DE OCA | Opinión | 03/06/2014

LIBERTAD A CADA QUIEN. En plena semana de festejos por la Libertad de Expresión, que en nuestro surrealista país se celebra en el mes de junio y no en el de mayo –como lo establece la ONU—, hay algunos temas que tienen como premisa fundamental ese derecho democrático. He aquí dos temas que se encuentran relacionados con la libre opinión de las ideas.

1.La presidenta municipal de Cuauhtémoc, Indira Vizcaíno Silva, desconoce lo que significa la izquierda, pero sigue ciertos de sus lineamientos porque a ese espectro de la política nacional pertenece el partido que ella representa (PRD). Así, no resulta extraño que la buena mujer simpatice con la causa de los “disidentes” del SUTUC que están en huelga de hambre frente a Palacio de Gobierno desde hace un mes.

Los movimientos sociales son la razón de ser de los partidos de izquierda; pero el concepto se ha tergiversado perversamente por los oportunistas de siempre, de tal suerte que cualquier mitin, reventón, marcha, plantón o huelga de hambre que emprenda algún grupo político, así sea por las razones más extravagantes, debe ser apoyado por cualquiera que se diga “izquierdista”, aunque en la práctica se trate de lacras con ideas de ultraderecha.

Cualquiera que inicie un “movimiento social”, así sea apoyado por la “izquierda” más radical y ojete o por la ultraderecha más recalcitrante y nauseabunda, es digno de apoyo de los que se identifican con la posición ideológica que enarbolan el PRD, el PT, el Movimiento Ciudadano o la Morena, este último el nuevo negocio familiar del Santo Niño de Macuspana.

El apoyo a la “lucha” de los huelguistas de hambre, pues, es obligado para gente del PRD o de la Morena. Por lo que toca a la alcaldesa de Cuauhtémoc, su amor por Leonardo Rey de copas Gutiérrez Chávez y adláteres es más que evidente; tanto así, que la bendita mujer mandó imprimir playeras con lemas en pro del movimiento de los “disidentes” del SUTUC para repartirlas bajo cuerda, cuando debiera manejarse de manera institucional, pues finalmente a la que se está agrediendo es a una institución como lo es la Universidad de Colima.

Los gobernadores, alcaldes, legisladores y rectores universitarios deben siempre asumir un papel institucional. A la UC acuden los actores políticos de la entidad, donde se les da un trato igual, independientemente de sus simpatías personales. El hecho de que Indira Vizcaíno ataque a trasmano a la UC es una muestra de su ignorancia, pues en este caso ella debiera mantenerse al margen por representar oficialmente a una institución.

El gobernador, el rector, otros más, saben que la presidenta municipal le asestó un golpe innecesario a la casa de estudios por su afán de querer identificarse con los “movimientos sociales”, aun cuando de izquierdista no tengan nada. Una cosa es la libertad de expresión y otra el libertinaje que se ampara en las sombras, pues la santa mujer no quiso factura de las playeras impresas que mandó regalar, dizque para no poder ser detectada. ¿Qué tal?

2. La fecha –reitero— es propicia en Colima para los lloriqueos de costumbre por parte de los que representan a las agrupaciones y organismos gremiales, cuando en realidad todo se reduce a meras poses hipócritas de farsantes que jamás harán nada por sus supuestos “representados”, dado que la posición sólo la utilizan para beneficio personalísimo.

¿Una “periodista” como Norma Gutiérrez Flores, grotesca presidenta de la ACPE, va a dar la cara por el gremio al que representa? Eso es algo muy difícil de creer, si hace pocos años trató de encarcelarnos a mi hijo Luis Fernando y a mí, sólo porque su intolerancia –vicio muy arraigado desde sus tiempos al servicio del fernandato— no le permitió dirimir sus diferencias en los espacios públicos con los que contamos. No: para ella el camino más fácil era el de meternos tras las rejas y santo remedio.

¿Esa arpía es la que nos va a señalar las bondades de la libertad de expresión? Es más sencillo que nos hable de la intolerancia, de la prepotencia, del abuso, de la arbitrariedad y de todo eso que caracteriza a la que en mala hora llegó a la presidencia de la ACPE. ¿En que estarían pensando los “periodistas y escritores” cuando votaron por Norma como su nueva presidenta?