Era un día soleado y algo caluroso pero por lo mismo me decidí y me fui hacia la zona norte del estado, un lugar fresco en donde podría disfrutar al menos unas horas y descansar del ajetreo de la ciudad.
Llego a mi destino y me instalo en medio de unos árboles frondosos en donde coloqué mi hamaca y me recosté decidido a relajarme con la tranquilidad del campo.
Yo estaba ahí tratando de descansar cuando de pronto y sin hacer ruido se acerca y comienza a molestarme, no dice nada solo se acerca demasiado como retándome y después se retira nuevamente.
Trato de no hacerle caso, no quiero caer en sus provocaciones pero él sigue ahí, insistiendo, siempre retador y valiente, sigue con su estrategia de acercarse demasiado, casi rozando mi cuerpo y después se retira.
Mientras yo sigo tratando de dormir, estoy con los ojos cerrados cuando regresa… ya es suficiente abro los ojos y tiro el primer manotazo, luego viene el segundo y varios más seguidos pero parece que él es más ágil que yo y no logro acertar ninguno de mis golpes.
En mi desesperación me paro de la hamaca y sigo tirando manotazos pero sin obtener éxito, pero parece que con tantos golpes, aunque fallidos, él decide retirarse.
Regreso a mi lugar y me recuesto de nuevo en la hamaca tratando de conciliar el sueño; cierro los ojos y estoy a punto de dormir cuando de nuevo aparece, se acerca molestando y me decido a cambiar de estrategia, me quedo quieto, inmóvil, así talvez piense que estoy dormido y cuando lo siento que está junto a mi brazo suelto un manotazo, así de sorpresa, fuerte, rápido y con la mano extendida.
Parece que fue una estrategia perfecta, volteo y miro mi mano, la puedo ver con sangre, al igual que mi brazo y ahí está él, aplastado ya sin vida, ya no molesta, por lo que lo tomo de sus alas y lo tiro al suelo.
Ahora si podré descansar después de librar esa tremenda pelea con un zancudo.
Total de Visitas 281813254
A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
Desarrollada por HMH Sistemas
Template by OS Templates