El papa Francisco llamó esta Nochevieja a un convento de Carmelitas Descalzas de Lucena (Córdoba) y nadie contestó. Así que dejó un mensaje en el contestador: "¿Qué andarán haciendo las monjas que no pueden atender? Soy el papa Francisco, quiero saludarlas en este fin de año, veré si más tarde las puedo llamar, que Dios os bendiga».
La hermana Adriana, priora del convento, declaró a la cadena COPE que ella y las cuatro monjas de la comunidad estaban en el rezo del mediodía. "Eran las 11.45 horas. Cuando pude acercarme al contestador literalmente "me quería morir". Nuestra amistad es de hace quince años pero jamás pensamos que el Papa se iba a acordar de nosotras".
La superiora reveló que a las 19.15 el Papa volvió a llamar. "Le pedí permiso para hablar con el manos libres para que escucháramos todas. Nos trasladó el mensaje de que no nos dejáramos robar la esperanza porque la tristeza lleva a la pereza espiritual, a la desesperanza. Recordó su encíclica en la que asegura que el alimento más sustancioso del demonio es la tristeza del hombre".
Son cinco monjas las que viven en el convento, según la web Lucena Hoy, tres de ellas argentinas, que son las que son conocidas del papa Bergoglio. Para subsistir elaboran ropa de bebé, cuadros con telas y figuras del niño Jesús.
Con información de El País.
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