
“Al tiempo que empezaba con mi negocito propio, por las noches comencé a vender jugos en la puerta de mi casa, luego menudo toda la noche, de tal suerte que tras el trabajo nocturno, por las mañanas me iba al mercado donde abrí un negocio de venta de pollo lavado”, recuerda.
Y agrega: “Con la ayuda de mi señora esposa (Doña Francisca Chávez), a quien dejaba en la venta de menudo para irme al mercado y más tarde hacer trabajos de fundición, fue como comenzamos a ayudarnos, durmiendo poco y trabajando mucho, y logramos juntar dinerito para comprar el terreno donde precisamente es ahora la casa familiar y el negocio”.
Por si fuera poco, Don Alberto Ruiz se dedicaba al mismo tiempo al canto semi-profesional, “pero era difícil por las desveladas, aunque fue un gran aliado para formarme un roce social principalmente, y que la gente me conociera, muchos en Colima me conocieron también por el canto, y finalmente servía, pues queriendo sobresalir hice muchísimas amistades”.
Recuerda también que cuando el negocio tuvo su auge, buscó apoyar al deporte, lo que hizo con el club de futbol soccer España, “nombre del barrio donde hemos estado prácticamente toda la vida, donde nacieron mis hijos, y también respaldé fuertemente al ciclismo, con el patrocinio de un club y de varios eventos, entre otras acciones”.
No obstante, Don Alberto Ruiz Hidalgo ha enfrentado sinsabores.
“El negocio ha tenido altos y bajos, en 1994 tuvimos una quiebra enorme, terrible, pero nunca hemos dejado de trabajar, por ejemplo, ahorita estamos llenos de maquinaria hecha porque hay pocas ventas, pero ojalá pronto logremos recuperarnos”, indica.
Actualmente, su principal giro son las bloqueras, con un abanico muy amplio, pues ahora son grandes equipos con tolva dosificadora, banda para alimentarlas de material, revolvedoras, moldes para pre-colados, “y todo mejorando, pues siempre me he preocupado por mejorar nuestro producto”.
Su empresa subsiste, es 100 por ciento familiar, y se identifica como Moldes de Colima, en la que trabajan sus hijos, sobrinos y hasta nietos, y sus máquinas y equipos se encuentran en prácticamente todo el país, “pues hemos logrado diseñar moldes y máquinas a la altura de cualquier producto similar importado”, dice con satisfacción.
Aclara que el negocio se ha diversificado, pues algunos de sus hijos están ahí, en España 314 de esta ciudad, mientras que otros se han independizado pero siguiendo los oficios de la fundición, la herrería comercial y la artística, apoyando a su papá, y a su vez con el respaldo de sus propios hijos y nietos, porque Don Alberto tiene ya hasta tataranietos.
“Me siento muy orgulloso de todos ellos, pues han preservado esta tarea, han sido personas de bien, y son cosas que me llenan de satisfacción, haber formado con tanto sacrificio una pequeña empresa que a la fecha continúa y seguimos trabajando””, subraya.
Así, casi todos sus hijos han dado continuidad al esfuerzo, la labor y la profesión de Don Alberto Ruiz Hidalgo… Casi todos, porque solo uno optó por otro oficio que, por cierto, ejerce desde hace poco más de 30 años: El de periodista.
FUENTE: Notimex
http://www.notimex.gob.mx/ntmx/VerNota?cn=248119
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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