LECTURAS

NOE GUERRA PIMENTEL | Opinión | 22/07/2013

LA CORRUPCION SOMOS TODOS

México fue educado en una cultura
de la complicidad, la corrupción y la transa
y debido a ello, es difícil establecer un país de Derecho...
Felipe de Jesús Calderón Hinojosa,
México, 2011.

Se define como un acto racional ilegal, ilegitimo y no ético por parte de servidores públicos o funcionarios, en perjuicio del interés común de la sociedad y del gobierno, y en beneficio de un interés egoísta o solidario de quien lo promueve o lo solapa directa e indirectamente, o como: "comportamiento político desviado" (falta de ética política); "conducta política contraria a las normas jurídicas" (nula ética jurídica); y "usurpación privada de lo que corresponde al dominio público".

Mientras por todos lados nos saltan servidores públicos o funcionarios de los tres niveles y en varios casos hasta con familiares de cómplices acusados de peculado, tráfico de influencias, extorsión, latrocinio, soborno, enriquecimiento ilícito, asociación delictuosa, etc., en suma: ratas, nos damos cuenta como la impunidad sigue y que nos hace suponer que se ve es apenas la punta del iceberg de esa vergonzosa práctica casi monopolizada por el sector público, con individuos que ven su cargo como botín de guerra ejerciendo a voluntad y sin límite un cargo conferido para servir a los demás, no para lo contrario.

El lastre de la corrupción es un mal que ha contaminado prácticamente todos los ámbitos pues si vemos pocos escapan a esa insana actuación, partiendo desde la extorsión que es cuando un servidor público, aprovechándose de su cargo y bajo amenaza, velada o directa, obliga al usuario de un servicio a entregarle también, directa o indirectamente una recompensa; el soborno, que refiere a cuando un ciudadano u organización, entrega directa o indirectamente a un servidor público, determinado recurso material o económico, con el propósito de obtener respuesta favorable a un trámite o solicitud, independiente al cumplimiento de la ley.

Igual que la más socorrida, la de Peculado que se refiere a la apropiación ilegal de bienes o sus productos por parte del que los administra y la colusión, que es cuando se da la asociación delictiva entre funcionarios o servidores con contratistas, proveedores y arrendadores para obtener beneficios ilícitos, a través de concursos o, sin realizarlas (adjudicaciones directas), a pesar de la normatividad; así como el fraude o cuando se vende o hace uso ilegal de bienes del gobierno confiados para su administración; sin olvidar el tráfico de influencias, que se da cuando el sujeto público utiliza su cargo o nexos con funcionarios de otros poderes para beneficios personales o favorecer determinada causa.

Actuaciones circunscritas en la carencia de ética, pues entraña una conducta negativa que va contra los propósitos y metas de las instituciones públicas y que se puede observar cuando el servidor público no cumple con los valores de su institución, es decir, cuando no conduce sus actos con: honestidad, probidad, transparencia, responsabilidad, profesionalismo y espíritu de servicio, entre otros. Al respecto hay estudios, como el de Stephen D. Morris, quien sostiene que "Se la ha definido como el uso ilegitimo del poder público para beneficio privado"; "Todo uso ilegal o no ético de la actividad gubernamental como consecuencia de consideraciones de beneficio personal o político"; o simplemente como "el uso arbitrario del poder".

De no enderezar acciones contra este cáncer social, como consecuencia seguiremos padeciendo cada vez más a élites o grupos burocráticos y económicos, erosionando la credibilidad y legitimidad de los gobiernos, reproduciendo la equívoca negativa concepción patrimonialista del poder público, reduciendo ingresos fiscales e impidiendo que los recursos públicos coadyuven al bienestar social además de lo negativo que resulta la consecuente aprobación y operación de leyes a modo y para favorecer a los grupos oligárquicos sin consenso ni mucho menos la necesaria legitimidad social, a la par de fortalecer las prácticas corruptas en todos los ámbitos; actos que sumados nos seguirán llevando al debilitamiento del vulnerado tejido social hasta su final rompimiento, tal y como ha ocurrido con las más grandes civilizaciones.