PERGAMINO BALOMPÉDICO

ALEX CARBAJAL BERBER | Opinión | 30/05/2013

WEMBLEY, SAN MOISÉS MUÑOZ Y LA ROSA DE GUADALUPE

Vaya fin de semana. La final de Liga de Campeones resultó ser un partido memorable, no la mejor disputa de este nivel que se ha mostrado, pero digna de tal, con un Dortmund que desperdició algunas opciones al inicio y que terminó pagando al desenlace aún con todas las fallas del holandés Arjen Robben. En cambio, la final del futbol mexicano dejó la imagen más triste de la supuesta prosapia cruzazulina y la imagen más viva de cómo Televisa ve a los hinchas como marionetas.

Empecemos por las buenas. Bayern Munich conquistó su quinta Copa de Europa con autoridad. Como se vislumbró previo al silbatazo inicial, los recursos ofensivos del Bayern parecían más perdurables que los del Dortmund. Tras los fallos ante el arco, los del Borussia insistieron en buscar a Lewandowski sin suerte.

Para los de Jupp Heynckes, el partido empezó a volcarse sobre los costados, donde la inteligencia de dos figuras, como el caso de Ribéry o el mismo Müller, permearon en las acciones del encuentro. Fue hasta que Robben se quitó la maldición de fallar goles hechos en finales, cuando el Bayern pudo asegurarse de ser campeón de Europa; quedaban solo unos minutos para finalizar, y el Borussia se quedó sin opciones pese a sus intentos. Al fin, un duelo épico entre dos grandes clubes europeos, ambos alemanes, con los dos buscando ganar utilizando la exaltación del buen juego.

Y el domingo de la Rosa de Guadalupe será recordado por muchos. La final del futbol mexicano nos ha recordado a varios por qué somos antiamericanistas, por esa manipulación paternalista de Televisa, que entre otros pecados, sustituyó a San Juan Diego por San Moisés Muñoz; pónganse a rezar. Lo más escalofriante de todo es que también nos ha explicado a varios por qué no podemos irle al Cruz Azul, tan lejano de la gran máquina de los setenta, e incluso del equipo goleador de Julio Zamora y Carlos Hermosillo. El cuadro celeste murió sin dignidad, queriendo endilgar su fracaso a la mala suerte, cuando el único gestor de sus fracasos ha sido su limitada mentalidad ofensiva.

Lo que no puede reprocharse es que no haya ganado el mejor. De entre los dos clubes, América jugó más y mejor durante un mayor fragmento de las finales del futbol mexicano, y en general durante el torneo. Cruz Azul se había jactado de volver a ser grande tras ganar la Copa MX, un hueso que solo los manipulables se tragaron, pero que les había dado esperanzas de volver a levantar el título, incluso considerando la primera final de toda la historia del futbol mexicano donde el arbitraje iba perjudicando al América, por increíble que eso resulte.

El show montado después nos desnuda. Por un lado, en Wembley, la canciller alemana Angela Merkel haciendo gala de su liderazgo ante el mundo; por otro, Emilio Azcárraga ejecutando la premisa de su padre, “a los jodidos pan y circo”, y torso desnudo.