LOS DESVIADOS
Varias veces, en nuestro folclórico futbol mexicano, los entrenadores y jugadores se deshacen en insultos y actos prepotentes en contra de los periodistas y opinantes del mundillo balompédico.
El más reciente ejemplo es el de Miguel “Piojo” Herrera, quien se lanzó en contra de un ex entrenador de él, ex colega, y ahora columnista, Miguel Mejía Barón. Las declaraciones sobre sus tendencias sexuales, para demeritar las opiniones del ex técnico mundialista, clarifican uno de los peores problemas del balompié nacional: el desprecio por el periodismo deportivo.
Lo hemos visto en casos tan claros y recientes como el del ahora entrenador tricolor, José Manuel “Chepo” De la Torre, quien al momento de responder las preguntas de los reporteros de la fuente de selección nacional, pareciera que los blasones de Guardiola o Mourinho son cosas sin importancia.
El caso del “Piojo” Herrera es emblemático porque no solo presenta la disminución de status de un ex jugador y técnico de gran trayectoria al convertirse en opinante del mundo pambolero, sino que muestra la nada escondida homofobia existente en el futbol mexicano. Quizá no ha llegado a los niveles de la legendaria frase noventera del ex técnico argentino, Daniel Passarella, quien anunció el cierre de puertas del vestuario albiceleste a todos aquellos homosexuales y jugadores de cabello largo, sin embargo, la actitud de Herrera mostró un repudio hacia algo cuya existencia en el futbol profesional de altos niveles es un secreto a voces.
La prensa deportiva en México no es tan mordaz como en otros países. Aun así, los jugadores y entrenadores pisotean al periodismo por su condición de semidioses. Y lo peor: si el columnista al que el “Piojo” Herrera insultó no hubiera sido un ex entrenador nacional, quizá el asunto no habría sido tomado con tanta importancia.
En América, dice el mismo Herrera, sus declaraciones no fueron tomadas con alegría. Las Águilas querían un técnico polémico, y lo tienen. El problema es que algún día, el “Piojo” podría toparse en el vestuario, o en una entrevista, con un jugador o periodista de tendencias sexuales “desviadas”, como las clasificó él mismo, y este tipo de discriminaciones podrían costarle “muy caro”.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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