
*“Hemos venido en silencio marchando por algunas de nuestras calles porque las palabras parecen desgastadas” *No queremos vivir más el miedo que corre entre las venas, ni que otros hermanos sean levantados mientras caminan temerosos y que pasen a formar parte de una fría estadística, dijo José Luis Amezcua
Durante la misa celebrada a las afueras de la Iglesia Catedral Basílica Menor, el Obispo de la Diócesis de Colima, José Luis Amezcua Melgoza, después de la Marcha por la Paz corcovada por la iglesia Católica, llamó a iniciar la cruzada por la paz, señalando: “no queremos vivir más el miedo que corre entre las venas, ni que otros hermanos sean levantados mientras caminan temerosos y que pasen a formar parte de una fría estadística o sean uno más de los desaparecidos y que luego sepamos que están muertos o de una familia más que vive en la angustia y la zozobra que acaban con la vida”.
Al ofrecer el sermón a los miles de asistentes en la ceremonia, Amezcua Melgoza señaló que se realizó la marcha consciente de que no queremos gritar y agredir a nadie, “tampoco deseamos acusar, simplemente llamar a la reconciliación y compromiso por la justicia”.
Agregó más adelante: “queremos que hable el silencio, que también debe ser elocuente, pero tenemos un grito retenido en la garganta, significando con ello que no queremos vivir en la guerra que experimentamos en el mundo, en nuestra patria y en nuestro estado de Colima”.
“Hemos venido en silencio marchando por algunas de nuestras calles porque las palabras parecen desgastadas y porque deseamos invitar a todos a unirnos en pro de una convivencia pacífica, convivir en nuestros pueblos con las ganas de caminar por las calles y caminos conscientes que nos encontramos con hermanos y no con gente que quiere hacer su manera de vivir acabando con la vida de otros”.
Aseguró que queremos vivir y anunciar la vida, la que nos dio el creador, “queremos ser fermento de paz y a la vez deseamos que nuestra lucha y nuestra vida sea un llamado a la consciencia y conversión de todos, de manera especial de quienes hoy parecen haber hecho de la violencia su propia razón de existir”.
Queremos exclamar que haya paz y justicia en nuestros pueblos, que no se formen solos y que se pueda vivir en ellos; invito a rogar por nuestra patria afligida y por los miles de muertos en toda la patria y de nuestra diócesis, Dios es nuestra paz y esto no lo quieren comprender quienes siembran la discordia ni aceptar quienes aman la violencia, agregó.
El nuncio de la diócesis de Colima consideró que “el respeto ha desaparecido entre nosotros, las familias sufren de desintegración, los matrimonios se destrozan, los hijos se quedan sin protección y parece que más vale armarse hasta los dientes. Cuantos cuerpos han encontrado destrozados o calcinados y cuantos ni siquiera se sabe donde quedaron”.
Indicó que la paz es el bien que hay, no debemos unirnos a los destructores y si a los constructores; si la violencia destruye todo lo social, lo político, lo religioso y lo familiar, es necesario tener presente y asimilar lo que Dios nos dice, vence el mal con la fuerza del bien.
Dijo que sabemos que el cimiento de la paz está en la lucha por lograr una convivencia en la que reine la justicia, “es verdad que hay quien se preocupa por esto y talvez podemos colaborar en la toma de consciencia de todos y cada uno para que no nos acostumbremos a esta situación y digamos que nada es posible”.
Amezcua Melgoza manifestó que el respeto y desarrollo de la vida humana exigen la paz, “ésta no puede alcanzarse sin salvaguardar los bienes de las personas, la libre comunicación entre los seres humanos, el respeto de la debilidad de las personas y de los pueblos, la práctica constante de la fraternidad”.
Recordó que desde el nacimiento de Jesús los ángeles anunciaron la paz a los hombres de buena voluntad y Jesús llamó bien aventurados a los que trabajan por la paz y antes de subir al cielo les dijo mi paz les dejo, mi paz les doy.
Finalmente expresó: “los invito a convertirnos en hombres y mujeres que luchan tenazmente, que trabajan, que buscan la paz para hacer este mundo más humano… los invito a no dejar de orar cada día para lograr la recuperación de la paz que es también don de Dios”, puntualizó.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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