LECTURAS

NOE GUERRA PIMENTEL | Opinión | 13/01/2013

EL PRI BAJO LA ESPADA DE DAMOCLES

El sábado por la noche el PRI emitió la convocatoria para realizar el domingo 3 de marzo (333) su XXI Asamblea Nacional, ello en razón de la necesidad de realizarla previo a su 84 aniversario y motivados, según trascendió, por la alternancia en el gobierno federal. En otro punto agrega que “(el PRI) debe fortalecer su cohesión interna sobre…Bla, bla…Razón por la cual convoca a todos los…Bla, bla”

Discurso que similar, hay que reconocerlo, ha replicado por décadas apenas con algunas adaptaciones y concretándose en unas cuantas realidades, por lo que vale un llamado para que no olviden la circunstancia y delicado rol que están jugando al haber regresado a la máxima magistratura, pues de volver a fallar difícilmente habrá otra oportunidad; lograda en mucho gracias al fracaso de sus adversarios y a las expectativas generadas frente a una sociedad que ya creció, que ya decide, ya exige y que ya no permitirá ni aceptará las mismas prácticas ni nuevas simulaciones.

No obstante el desencanto que existe contra los partidos políticos, la política y quienes los representan, la democracia no se concibe sin partidos políticos comprometidos y sin un eficiente sistema. La estrategia del Estado para establecer o consolidar una democracia que ignore el papel central de los partidos no puede alcanzar resultados positivos sin importar cuánto fortalezca la construcción de ciudadanía e instituciones para una buena gobernanza, además de que tal ausencia podría ir contra la idea de crear un futuro sustentable que se apoye en la corresponsabilidad y participación social.

Por ello, este momento es crucial para que el PRI aproveche su inmejorable condición para propiciar un verdadero debate interno, abierto y plural, que permita definir el espacio que deben ofrecer a la ciudadanía y construir la oferta política para iniciar una competencia real sustentada en las ideas y en los programas de acción que hasta hoy han sido solo catálogos de buenas intenciones y que al paso electoral, en el mejor de los casos, han quedado archivados para el siguiente.

Para lograrlo se debe entender de cara a la sociedad que es inaplazable su transformación, con nuevas definiciones de lo que como partido político se demanda ser en lo interno, esto es, su selección de candidatos; la participación real, efectiva y de respeto a sus militantes erradicando las cuotas corporativas que en los hechos poco le han favorecido; la auténtica elección interna de sus autoridades; la distribución del poder interno; su perfil social con respecto a la población; la enunciación y prevalencia de las ideas; la permanente formación de cuadros y los necesarios relevos; la oportuna y transparente rendición de cuentas; su compromiso con la democracia y, por supuesto, su impostergable autofinanciamiento e independencia de fondo y de forma, ya no aparente, a la par de abordar con objetiva seriedad y con miras a su pública formulación, la ya comentada ley general de partidos políticos.

Para el PRI, no lo digo yo, sino que es un reclamo a voces, es urgente dar paso a una reforma interna que no solo lo adapte a la nueva geopolítica o intereses de grupo, sino que en lo fundamental rescate su ideario y cree controles sobre su desempeño acorde a lo que en esencia debiera ser; que genere incentivos que le fortalezcan o le sumen credibilidad como vehículo para la elección de genuinos representantes y verdaderos liderazgos que sumen y que actúen comprometidos con sus representados y no con otros intereses.

En virtud de este rol los cambios y reformas que los priistas se atrevan a llevar a cabo en su próxima Asamblea, en mucho abonarán al futuro de nuestra democracia, por lo que en lugar de reunirse para lisonjear el presunto triunfo, como se ve desde ahora, creo que sería oportuno que aprovecharan la coyuntura política para empuñar su responsabilidad histórica, toda vez, que insisto, esta no se volverá a repetir, por lo menos no para que nos conste a la actual generación.

Entender su papel histórico y asumir responsablemente esta invaluable oportunidad será vital para el priismo nacional y local. Esperemos.

RECADITO: A ver hasta cuando con lo de los polarizados, luego no nos extrañemos.