Feminicidios, declarados como catástrofe nacional en alerta

JOSÉ GILBERTO IBÁÑEZ ANGUIANO | Colima | 05/01/2013

*Muerte de mujeres en edad productiva y traumas en familias pueden ser principales consecuencias graves

Dado a los últimos acontecimientos, tanto a nivel estatal como nacional, así como por el número de mujeres asesinadas, por la cantidad de niños huérfanos, por los traumas que genera, y por el impacto de influencias negativas que representa los feminicidios hay que declararlos de catástrofe nacional en alerta.

De acuerdo a la indagatoria vía internet, sus orígenes van desde una educación genérica desigual, con unos roles asumidos y reforzados según sea el sexo, machismo, patrifocalidad, un sentido de pertenecía asumido, sobre apego, dependencia emocional, angustia de separatidad no resuelta, baja autoestima, trastornos psico emocionales no superados, poco tolerancia a la frustración, mal manejo de la ira y de los impulsos.

Hasta falta de habilidades y destreza para el manejo adecuado de los estresores psicosociales, junto a las determinantes de pobreza, exclusión social, trastorno de personalidad y el abuso de sustancia, son factores para que se genere el feminicidio.

Las consecuencias pueden ser bastante graves, una de ellas es muerte de mujeres en edad productiva, traumas en las familias, cientos de niños y niñas huérfanos, quedando afectados de por vida en sus emociones, afectividad y en su forma de pensar. Legitimización de un aprendizaje social del que ama controla, maltrata y produce muerte en nombre del amor.

Además, Cultura de violencia aprendida, depresión, estrés post-traumático, pobre expectativa de vida en pareja y familia como proyecto social.

En cuanto a los soluciones, de acuerdo a la información recabada, no servirían de mucho los seminarios, talleres y simposiun para establecer diagnóstico, debido a que estamos hartos de contextualizar y no hacer nada; incluyendo la indiferencia y la falta de sensibilización con los feminicidios. Es un asunto de inversión de dinero y acción de políticas públicas del Estado.

Se sugiere para coadyuvar en la disminución o erradicación de este tipo de casos, abrir 20 casas de acogida, en menos de un mes, con seguridad, una enfermera, una trabajadora social y una psicóloga.

Además, poner en funcionamiento cinco unidades de psiquiatría, con psiquiatras, psicólogos clínicos, trabajadoras sociales, para establecer diagnóstico de alta peligrosidad o patologías en las parejas violentas, antes de ser despachadas a sus respectivos hogares, con ello, se podría disminuir poco más del 50 por ciento de los próximos feminicidios.

Para ello, es importante disponer de recursos para publicidad, pisco-educación, en escuelas, clubes, juntas de vecinos y grupos de alto riesgo, para saber qué hacer y cómo detectar el perfil de una pareja violenta.

Pisco-educación y fiscalización al sistema judicial y policial para que no piensen que la cultura de violencia de género es un problema de marido y mujer.

De igual forma, recomiendan aplicar el desarme nacional en cuanto al aporte y el control de armas ligeras, y aplicar programas estructurales para cambiar la exclusión social y la vida desigual.