

*Si bien Raúl Rentería -de la FIC- no es biólogo marino, su conocimiento sobre electrónica y su formación en tecnologías del internet, le permitió aplicar sus conocimientos en la recuperación de la vida marina
Raúl Rentería Flores, estudiante del doctorado en Cambio Ambiental Global de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad de Colima, participa en el Programa de Colaboración Internacional “Creating Kelp Habitat to Support Coastal Resilience in British Columbia” (Creación de hábitats de Kelp -algas marinas- para fortalecer la resiliencia costera en Columbia Británica), en Canadá. El objetivo de este proyecto es la reforestación de algas marinas en las zonas costeras de la Columbia Británica.
En Columbia Británica se ha perdido mucha alga marina, dijo Raúl Rentería en entrevista: “La razón de ello, me explicaron los biólogos marinos que trabajan en el proyecto, se debe a que hay una sobrepoblación de erizos de mar que están comiendo más algas. Antes, las estrellas de mar mantenían a los erizos bajo control porque se los comían, pero al haber menos estrellas hay más erizos que se comen a las algas. Y una de las partes del proyecto en el que trabajo es justo recuperar a las algas marinas para que el ecosistema se mantenga sano”.
Si bien él no es biólogo marino, su conocimiento sobre electrónica y su formación en tecnologías del internet, le permitió aplicar sus conocimientos en la recuperación de la vida marina. En este proyecto, su labor es el monitoreo de oxígeno, hidrógeno y nutrientes que se necesitan para un cultivo adecuado de algas en un ambiente controlado: “Me encargo de instalar los sensores, supervisarlos y recolectar la información para dársela a los biólogos”.
“Cuando llegué, no sabían exactamente cómo se utilizaban ciertos equipos, así que les expliqué su uso, cómo corregir algunas fallas, y cómo calibrar otros aparatos que a ellos les permiten monitorear y leer muestras del ADN de las algas”, compartió.
Otra parte de su trabajo se trasladó al océano, donde se encargó de la instalación del submarino que monitorea la biodiversidad una vez que las algas marinas se depositan en el océano. “Aquí mi trabajo es recolectar la información con sensores: la profundidad y la cantidad de oxígeno, dependiendo de la profundidad, así como la cantidad de carbono y la presión. Hay un tipo como de almohadillas que se ponen en el mar durante 24 horas, donde se recolecta el ADN de la vida marina y del número y el tipo de peces que hay en ese momento. Luego pasamos la información a los biólogos para que ellos tomen decisiones”.
Dijo que ha sido una experiencia agradable. “He aprendido mucho y gran parte de lo que hago me ha sorprendido; por ejemplo, cómo un parche puede tener tanta información. He sido parte de cómo se cultiva la vida marina, cómo crece, cómo se implanta, cómo se mantiene en su hábitat natural. He hecho cosas que en Colima no podía hacer, como trabajar en un ambiente real aplicando mi conocimiento en beneficio del medio ambiente”.
“Ahora -detalló- tengo una idea más amplia para generar proyectos aplicados al medio ambiente, porque cada vez tenemos más necesidad de generar innovación y tecnología que ayude a la resiliencia de los ecosistemas. Es importante también mencionar que este proyecto -que tiene ya dos años funcionando- se debe al trabajo colaborativo que hay entre instituciones privadas, públicas y universidades y a que continuamente están buscando financiamiento”.
Esta colaboración, dijo Raúl Rentería, le parece fundamental para que el proyecto siga funcionando. Si bien, dijo, el gobierno les dio apoyó, quienes lideran el proyecto trabajan constantemente con instituciones que permitan costear los viajes de campo, “a los que por cierto han ido personas de diferentes empresas a trabajar con nosotros; o sea, no solamente se quedan con el primer financiamiento, sino que siguen trabajando para buscar gente que se interese y aporte más al proyecto”.
Esto, comentó, es lo que hace falta en Colima y en el país: “A veces nos quedamos solamente con la primera inversión que hay, generamos lo que es el proyecto y entregamos resultados, pero ahí se queda, guardado como proyecto, no buscamos la manera de ampliarlo, de seguir generando conocimiento y financiamiento para que el proyecto se amplié y se aplique en un entorno real”.
Finalmente, agradeció el apoyo de la Facultad de Ingeniería Civil y de la Universidad de Colima, por darle la oportunidad de hacer este intercambio, “pero también agradecer a mi familia, que me dio la oportunidad de estar aquí”.
El Programa de Colaboración Internacional “Creating Kelp Habitat to Support Coastal Resilience in British Columbia”, forma parte de la Iniciativa “Queen Elizabeth Scholars (QES)” con el NIC (North Island College) en Campbell River, Canadá, la cual consiste entregar una beca de intercambio por 60 días.
En el caso de Raúl Rentería Flores, la invitación para participar en este programa se realizó de manera directa: “Me dijeron que estaba ese proyecto, que si me interesaba trabajar con ellos. Les dije que sí, hicimos el trámite, tuvimos una entrevista previa con los miembros de la universidad para ver qué podía yo aportar para este proyecto. Luego hicimos todo el trámite de la mano de ellos, así que facilitaron el trabajo para estar aquí”.

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