*El rector Ramón Arturo Cedillo Nakay entregó reconocimiento al actor, por su trayectoria artística
Los colimenses disfrutaron de un gran banquete en el Teatro Universitario “Cnel. Pedro Torres Ortiz”: sirvieron El Cerdo, monólogo actuado por Jesús Ochoa, quien ofreció dos funciones la noche del pasado viernes, a las 19:00 y 21:00 horas. El platillo cultural estuvo condimentado con altas dosis de humor, farsa e ironía que llevó a los espectadores de la risa a la reflexión.
Al término de la última función, el rector de la Universidad de Colima, Ramón Arturo Cedillo Nakay, entregó un reconocimiento al actor por su trayectoria artística; Ochoa, quien lucía enfangado tras encarnar a un cerdo a punto de ir al matadero, lo sorprendió con un abrazo, pero un abrazo particular: lodoso; el rector lo recibió de buena gana.
Jesús Ochoa es un actor que, como el cerdo mismo, no tiene desperdicio; en el escenario dio cátedra: encarnó a la perfección algunas conductas porcinas -como tragar manzanas sin refinamiento de por medio, untarse una mezcla en sus extremidades de cerdo o revolcarse en el chiquero mientras lanzaba perlas a los espectadores…algunas sentencias serias y otras irónicas-.
“Hay que saber limitar las exigencias, si no la libertad puede convertirse en libertinaje” decía el cerdo mientras caminaba por su chiquero de dieciséis metros cuadrados; luego, a medida que transcurría la obra, fue revelando una que otra manía inútil (tan inútil, quizá, como las manías personales) que quizá provocaron que el espectador cuestionara sus maneras de enfrentarse a la vida: ¿Vale la pena seguir creyendo lo que creemos? ¿Vale la pena seguir viviendo como hasta ahora?
El cerdo, quien confesó su esperanza a veces de atacar a su celador y otras de convertirse en su amigo entrañable, termina por aceptar su irrefutable destino: “Ni modo, a mí me tocó ser puerco y a ti puerquero”…y nadie tenía la culpa de eso; es más, ni siquiera lo habían elegido. Pero luego se enorgulleció de su destino de cerdo, que viene de la mano con el placer inmenso de hasta 30 minutos de orgasmo que un porcino puede experimentar…ningún humano común y corriente puede evitar la envidia cuando se enfrenta a ese dato.
El Cerdo nos invitó a hacer un análisis de nuestra actitud ante la vida. Jesús Ochoa encarnó a un porcino particular: inteligente, mañoso, vivaz, atormentado…un cerdo que camina en diagonal porque caminar en círculos lo deprime, un cerdo que, en conclusión, le canta a la libertad.
El Cerdo -una obra que ha sido traducida a doce idiomas y presentada en 20 países- es una es una obra basada en la novela “Estrategia para Jamones”, del francés Raymond Cousse; este montaje fue dirigido por Antonio Castro y dirigido por Rubén Lara.
Al final de la función, Ramón A. Cedillo agradeció el monólogo “delicioso” que acababa de degustar; el actor, por su parte, reconoció que había sentido a un público entregado: “Y esta sensación me motiva a hacer mi trabajo de la misma manera: con entrega”.
El evento fue organizado por la Dirección General de Arte y Cultura de la Universidad de Colima.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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