Pergamino balompédico

ALEX CARBAJAL BERBER | Opinión | 06/09/2012

La dupla Vergara-Cruyff

Juntar en un proyecto deportivo a Jorge Vergara y Johan Cruyff es desde cualquier punto de vista una bomba de tiempo. La fórmula aún no ha explotado, sin embargo, en el momento en que el flamante dueño de las Chivas decida que ya es tiempo de no darle más oportunidades a John Van´t Schip, quizá será el principio del fin entre uno de los pilares fundamentales de la revolución táctica en el futbol mundial, o sea Cruyff, y una casualidad que encontró su posición a billetazos.

Las relaciones de poder basadas en el dinero no tienen éxito muy a menudo. Llámese Manchester City o Paris Saint-Germain, las complicaciones se generan al orden del día, pero quizá en ningún lado se iguala la cantidad de problemas que atormentan a la afición de Chivas. En Europa, el entendimiento de parte de los financiadores de que entre menos metan las manos es mejor, ha generado mejores opciones de triunfo para los clubes financiados por petrodólares, ya sea de Rusia o de Arabia.

En circunstancias normales, tener a Cruyff de asesor en tu club debería ser un sueño. Las peripecias por las que las decisiones del dueño del equipo hacen pasar a su afición, ya han hecho mella en la cantidad de aficionados que son fieles a los colores del equipo. En más de una ocasión he conocido “Chivas en huelga”, o “Chivas en espera”, por decirle a alguna forma de regresar al estadio o a la televisión para apoyar a Chivas, una vez que se haya ido Jorge Vergara.

Una de las peores decisiones de Jorge Vergara en el pasado reciente fue el haber negado la venta a jugadores que se consolidaron como figuras juveniles en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Más de un club europeo, en específico de Alemania, estaba interesado en Marco Fabián –por citar un ejemplo-, y el dueño de Chivas se negó desde un principio a perder cualquier jugador más, aunque el momento futbolístico del balompedista fuera irrepetible. Posiblemente, Fabián no volverá a tener una oportunidad semejante, como la de recalar en uno de los mejores clubes alemanes, en la que es la liga más consolidada del continente europeo, al menos en lo administrativo.

Injustificable, la decisión de blindar la plantilla de Chivas de cualquier traspaso. La única razón entendible es que el plantel de Chivas es tan endeble, que perder a jugadores claves hubiera sido un suicidio. Pero el hecho de que Vergara no haya comprado jugadores suficientes, no es culpa de Fabián; aun así, el jugador ya sufrió fuertes consecuencias tras la cerrazón del dueño de Chivas.